| | cartas Juguemos a los bolos
| Estamos como jugadores de bolos: ya hemos volteado a varios muñecos ayudados por la mano de los justicialistas y ahora quedan sólo dos de ellos, entre los que tenemos que elegir. Primero fueron los militares. ¿Por qué digo que nos dieron una mano? Pensemos esto: los justicialistas (Luder) firman un decreto por el "exterminio de la subversión" (sic). Los militares cumplen satisfactoriamente este cometido. Viene Alfonsín con el Nunca Más, luego con el Punto Final y Obediencia Debida. (Luego Menem los "perdona"). Cayó el primer muñeco, militares nunca más al poder. Nosotros contentos, creíamos que lo hicimos nosotros (?). Mataron dos pájaros de un tiro: la resistencia y los militares. Ahora queda el camino despejado: radicales y justicialistas en carrera. Sube Alfonsín. Vuelta a la democracia. Discursos rimbombantes, creemos tener el poder. Entonces dicen: "¿ya se entretuvieron chicos?, ahora nos toca a nosotros". Saqueos, hiperinflación (ejemplo: bolsa de cemento $ 7 en los últimos días de Alfonsín, $ 3 los primeros de Menem, luego Fortabat embajadora). Desde esos días nunca más saqueos (?). No creo valga la pena contar lo que tenemos más adelante porque está más fresco, pactos y demás deudos entre radicales (giles, hipócritas, incoherentes, coimeros, vendedores de conciencias) y peronistas. Ultimos días de De la Rúa, se cae de maduro (de podrido diría), necio, se creyó rey y se le cayó la corona. Otra vez nos creemos los hacedores pero nuestra bronca fue perfectamente manejada por la mano que quería un nunca más de los radicales (la bronca la teníamos, pero ellos la supieron usar). Y se logró, se cayó el último muñeco. Ahora quedaron solos en carrera. Tenemos que elegir entre los dos caciques. Si tiramos la bola por el costado (voto en blanco) quedan los dos debilitados, pero uno de ellos gobierna igual y puede convertirse en el tirano que reprima con los militares en la calle y que vuelva la fiesta, se privatice el Nación, entregue la patria. Si le tiramos a Menem para voltearlo dejamos a Duhalde con toda la suma del poder (sin militares, sin radicales, sin Menem, sin sindicatos: Menem se los comió) y ya vimos cómo expropió los ahorros de los argentinos. ¿Qué más puede hacer con leyes de emergencia económica? ¡Díganme cómo volteamos al último muñeco así ganamos el partido, porque si no, nos ganan! Los volteados seremos nosotros. Stella Maris Coniglio
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