La fiscal Elida Rivoira recomendó ayer la apertura de una investigación judicial sobre las circunstancias que rodearon al deceso de los pacientes infectados con hepatitis B en la unidad de diálisis del Hospital Centenario. Las pesquisas deberían realizarse sobre la hipótesis de que las muertes pudieron ser consecuencia de una mala praxis, aunque la propia Rivoira explicó que al menos por ahora se trata sólo de una "investigación preliminar". Mientras esto sucedía, la directora del hospital, Claudia Perouch, confirmaba el fallecimiento de otro de los pacientes del servicio, por lo que ahora suman seis las víctimas fatales de la epidemia, en tanto otras 10 personas continúan en tratamiento "con buena evolución".
No obstante, la médica no pudo descartar que todavía puedan presentarse nuevos infectados. Por esto, se decidió que, aunque la unidad de diálisis seguirá en funcionamiento, no se recibirán nuevos pacientes por lo menos durante cuatro meses. "Desde el ministerio se firmará un convenio con algún prestador; si no, apelaremos a la vía judicial pero todos tendrán garantizada la prestación", remarcó Perouch.
Escoltada por el titular de la cátedra de Gastroenterología de la Facultad de Medicina, Hugo Tanno, el profesor de Bioquímica Clínica, Oscar Fay, y otros profesionales del hospital, Perouch brindó ayer una conferencia de prensa donde remarcó que "se hizo todo lo tecnológica y humanamente posible para garantizar la seguridad de los pacientes" de la unidad de diálisis.
La epidemia de hepatitis B comenzó el pasado 16 de febrero y afectó a 16 personas, de las cuales fallecieron seis y otras 10 están en tratamiento y presentan "una buena evolución", según aseguraron las autoridades del hospital.
La "falla humana"
"¿Cómo se produjeron los contagios?". La pregunta resonó más de una decena de veces en medio de la conferencia de prensa. No obstante, las respuestas no fueron del todo contundentes. "No podemos saber cómo se contagiaron los pacientes. Cuando en un lugar cerrado se dializan más de cien personas no se puede descartar el factor humano dentro del contagio, lo que no se puede decir es cuál es", sostuvo Tanno.
Y en la misma línea se situó Perouch. "Aunque se exageren todas las medidas de bioseguridad la falla humana existe. Vamos a investigarla y vamos a corregirla pero siempre existe un factor de probabilidad que tiene que ver con la falla humana", indicó.
Lo que sí se descartó de lleno es que la epidemia se haya generado a partir de las máquinas de diálisis ya que "tienen su propio sistema de autoesterilización", y los filtros tampoco pueden haber sido la causa del contagio "ya que cada paciente tiene uno", explicaron.
Sobre todas estas hipótesis tendrá que trabajar el juez correccional Juan José Alarcón si abre la causa encomendada por Rivoira. La fiscal intervino de oficio ya que hasta ahora no recibió ninguna denuncia por parte de familiares de las víctimas.
La funcionaria dijo que desde la semana pasada viene siguiendo las alternativas del caso a través de La Capital. De hecho, al dictamen donde sugirió la apertura de un expediente le acompañó una copia de la crónica publicada por este diario en su edición de ayer, donde se informaba sobre la muerte de un quinto paciente y el estado "desesperante" de un sexto, que finalmente también pereció.
Rivoira pidió al juez Alarcón que solicite informes detallados sobre las condiciones de prestación del servicio de diálisis del Centenario, con el propósito de determinar si se cumplieron los requisitos sanitarios previstos para evitar un contagio de este tipo. De todos modos, Rivoira dijo que no pasa por alto que las víctimas fatales eran personas cuyo sistema inmunológico estaba seriamente afectado por su patología y que esta sola circunstancia podría descartar negligencia por parte de los prestadores del servicio.