Año CXXXVI
 Nº 49.833
Rosario,
martes  06 de
mayo de 2003
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Fue en el Coloso del Parque, donde lo halló el hijo a las 5 de la madrugada
Sufrió un accidente cerebral en la cancha y quedó allí hasta el otro día
El hombre es socio vitalicio de Ñuls y había ido a ver el partido con San Lorenzo. Ayer lo operaron. Estaba delicado

Gabriela Zinna / La Capital

Un hombre de 66 años sufrió un ataque cerebrovascular (ACV) en el estadio de Newell's Old Boys durante el cotejo que el equipo del parque Independencia sostuvo contra San Lorenzo, el viernes pasado. Ramón Maritano quedó tendido en una de las plateas bajas de la cancha durante seis horas y recién a las cinco de la mañana del sábado fue hallado por su propio hijo. El paciente debió ser operado ayer y al cierre de esta edición su estado seguía siendo reservado y era asistido por un respirador mecánico.
Como tantas otras veces que los rojinegros salían a la cancha, Ramón fue a ver el partido. Poco después de las 18, se despidió de su esposa, Elida Orazi, y partió hacia el club. Esta vez decidió no ir en su auto, sino que tomó el colectivo. "El viernes estaba muy contento y tranquilo", recordó la mujer.
El socio vitalicio de NOB llegó al estadio y ocupó su butaca en la platea baja del lado oeste, en el sector ubicado debajo de la denominada visera vieja.
El partido, en el que se impuso Ñuls por dos a uno, se inició alrededor de las 21.10 y finalizó poco después de las 23, sin mayores contratiempos. Los rojinegros habían abierto el marcador, pero luego San Lorenzo empató, aumentando la tensión entre los hinchas. Pero, para alegría de los fanáticos, el cuadro rosarino logró desequilibrar los tantos.

Una noche más
Para la familia Maritano el viernes era una noche más, como tantas otras en que Ramón iba a la cancha. El panorama fue cambiando con el correr de los minutos. La preocupación empezó a crecer a medida que pasaban las horas y el hombre no regresaba a su casa de Presidente Quintana al 3100.
Ante ese panorama, Adalberto Maritano comenzó a buscar a su padre en las distintas comisarías, hospitales y sanatorios de la ciudad. Alrededor de las 3 de la madrugada del sábado fue hasta el estadio, pero no encontró a nadie de la entidad con quien poder hablar.
Dos horas después regresó y vio que había un sereno en uno de los portones del club. Inmediatamente le pidió a Gustavo Lombardi que lo dejara entrar. El empleado de la entidad deportiva en principio se negó, pero ante la insistencia de Maritano cedió. "Pretendía que esperara hasta que amaneciera para poder ingresar al club y buscar a mi papá. Eso era una locura", apuntó el hijo de la víctima.
Adalberto comentó que el sereno "no tenía ni siquiera una linterna", por lo que se vio obligado a recorrer distintas instalaciones del club, los baños y el estadio a oscuras. Poco después de las 5 de la mañana, y cuando ya habían transcurrido más de seis horas de finalizado el cotejo, Ramón fue hallado en una butaca por su propio hijo.
"Estaba helado y se había sacado los zapatos. Me preguntó si ya había terminado el partido y no me reconoció", comentó Adalberto ante La Capital. Pero aclaró que su papá tuvo fuerzas suficientes para salir caminando del club.
El paciente luego fue internado en la sala de terapia intensiva del Hospital Italiano. "Tiene un coágulo grande en el sector izquierdo de la cabeza y por eso lo van a operar", comentó Elida, antes de señalar que "podría ser que por la emoción del partido" Ramón hubiera sufrido un ataque de presión.
Al cierre de esta edición, el estado de salud del ñulista seguía siendo delicado y los médicos recomendaban aguardar la evolución del paciente tras la operación. Los cirujanos lograron evacuar el coágulo y colocaron un catéter. Tras la intervención, el hombre quedó asistido con un respirador mecánico en la sala de terapia intensiva del Hospital Italiano.
"Cuando lo encontré tirado en las butacas, pensé que estaba muerto", comentó Adalberto quien a pesar del transcurso de los días aún no puede comprender cómo puede ser que nadie haya visto al hombre, que había sufrido semejante descompostura. "No tiene explicación", repetía el hijo de la víctima.
En tanto, la esposa del paciente señaló que "este podría ser un caso de abandono de persona" y cuestionó a las autoridades del club: "¿Cómo puede ser que nadie se fije si queda alguna persona dentro del estadio?".
La mujer señaló que el cuadro de salud de su marido se agravó porque pasó "seis horas expuesto al frío y sin atención médica". Trascartón, consideró que si el paciente hubiera recibido atención inmediata "probablemente no habría quedado en estado tan delicado".
No es la primera vez que un hincha de fútbol sufre un accidente en un estadio rosarino y queda allí durante varias horas. El 24 de junio de 2000, Alfredo Vera, de 19 años, se trepó a un muro de la cancha de Rosario Central. El joven escaló unos 15 metros con la intención de llegar a la tribuna para ver el partido de los auriazules contra Independiente sin pagar la entrada.
Luego el muchacho, junto con su amigo Marcelo Ocampo, se colgó de un alambre tejido y de allí pasó a la base de una torre de alumbrado cercana a calle Cordiviola. Ambos cayeron en un foso de seis metros de profundidad. Ocampo logró salir, pero Vera fue rescatado en estado gravísimo 40 horas después de haber sufrido el accidente.
Tanto el padre de Vera como los familiares de Maritano reprocharon a ambos clubes de fútbol de Rosario por la falta de seguridad y el escaso control en los estadios.



Maritano quedó internado en terapia del Hospital Italiano. (Foto: Alfredo Celoria)
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