Año CXXXVI
 Nº 49.830
Rosario,
sábado  03 de
mayo de 2003
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Un grupo que se desarrolló al calor del poder político

El Grupo Macri creció en Argentina por su energía inversionista, pero también por la capacidad de hacer contratos con el Estado, a través de fuertes lazos con el poder que lo convirtieron en blanco de delitos de matiz político como el secuestro de dos hijos del líder de la corporación.
Pese a la peor crisis económica y social de la historia en Argentina, el grupo Macri logró facturar 1.458 millones de dólares en 2002, pero la mitad de ese monto lo generó en sus inversiones en Brasil. El poderoso grupo arrastra no obstante un pasivo de 1.490 millones de dólares y ya se desprendió de una veintena de empresas en los últimos años.
En los comienzos en la década del 60, el grupo nació como una empresa constructora pero se fue diversificando al punto que hoy opera en distintos sectores de la economía, como ingeniería y construcción, desarrollos inmobiliarios y concesiones viales.
Tras dos décadas de liderazgo en la industria automotriz al frente de Sevel -la fabricante de la marca Peugeot y Fiat en Argentina-, a mediados de los 90 dejó el sector al cederle Sevel a la francesa Peugeot-Citroën, en medio de un quebranto financiero.
En 1997, el grupo ganó la concesión del Correo Argentino, servicio privatizado por el ex presidente Carlos Menem (1989-99), pero está en concurso de acreedores desde 2001. También interviene en la generación y transporte de energía eléctrica, como la central Urugau-i en la provincia de Misiones (noreste).
Con la empresa Manliba, tuvo a cargo la recolección de residuos durante 15 años en la Capital Federal, y ahora es dueña de la recolectora más grande en la populosa ciudad brasileña de San Pablo.
Desde fines de 2000, Franco Macri comenzó a dejar atrás la época de la exposición pública, como empresario maduro, que aparecía ante los medios acompañado por alguna joven mujer.
Si bien se benefició con la pesificación que le licuó al tercio de su valor una deuda de varios centenares de millones de dólares, Macri decidió trasladar sus inversiones a Brasil, donde incursionó en la industria frigorífica, alimentaria y de la construcción.
Además de tener la concesión vial en la argentina de la autopista Del Sol (en moratoria) y de ser accionista de la que une Buenos Aires con Rosario, el grupo Macri tiene presencia en autopistas brasileñas en Foz de Iguazú y San Pablo.
También le pertenecen, la empresa Sepsa, que opera Pago Fácil, recaudadora de impuestos y servicios; la desarrolladora de software Itron (involucrada por las denuncias sobre irregularidades en los contratos de la multinacional IBM con el Estado en la década del 90); Macair Jet (transporte aéreo de carga y pasajeros), y GNC Galileo (equipos y estaciones de combustible). (AFP)


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