Veira se sienta con gusto a hablar de fútbol. Se acomoda en un cómodo sillón del hotel y mientras charla acompaña sus palabras con las manos. Así responde a todas las preguntas y trata de aclarar de la mejor manera cada concepto. Y cuando de sus jugadores se trata enseguida le brota un sentido de comprensión por los momentos de cada uno y los defiende, como buen entrenador y conductor de grupo que es. A este Newell's modelo 2003 le costó armarlo, es más, el juego del equipo y los resultados demuestran que aún le falta bastante. Es cierto que se le complicó de arranque, cuando debió reemplazar a Fernando Crosa, "algo que dentro de todo equilibramos con Ré, que es un jugador funcional y siempre respondió"; que después se lesionó Manso y "dimos una gran ventaja sin contar con él durante seis fechas"; más tarde fue Ponzio, "justo cuando lo trabajábamos físicamente y lo estábamos poniendo a tono". "Por eso nunca pudimos armar el rombo que teníamos planificado", agregó el Bambino lamentándose. Claro que al hablar del mediocampo también surgió el tema del volante central, posición que en la mayoría de los partidos tuvo como dueño a Sebastián Domínguez, no sólo por la lesión de Ponzio sino porque su juego se adapta bien a lo que pretende el entrenador. "En mi sistema de juego el volante central es fundamental. Debe ser un jugador muy inteligente, que maneje el partido. Al que le dé el tiempo necesario para cambiar de frente, para tocar y desprenderse rápido de la pelota. Siempre tuve volantes centrales muy buenos en mis equipos, como el Tolo Gallego en River, que lo hacía a la perfección, y a Chicho Serna en Boca. Debe tener esa característica. Y Domínguez es un jugador que en la pasada temporada, cuando lo puse ahí, me equilibraba la mitad de la cancha. Y si bien no está en un buen momento creo que volverá a su nivel", explicó el DT. Y no hay dudas de que en él confía, por eso le dio la cinta de capitán. ¿Por qué? "Veíamos que estaba creciendo y le tocó a él. Así le brindamos un apoyo para que vaya progresando en el aspecto mental". El puesto de arquero también fue algo en lo que el Bambino debió meter mano y así habló del tema: "A Passet le dije simplemente que le iba a dar la oportunidad a Palos, quien había entrenando durante cuatro o cinco meses y merecía la oportunidad, nada más que eso. Lo hablé con Oscar y no pasó de ahí", sostuvo el técnico rojinegro mientras caían los flashes de las fotos. Y al referirse a Palos lo evaluó diciendo que "el pibe arrancó mal en el partido con Independiente. Pero cuando el entrenador toma una decisión lo debe respaldar. El pibe fue subiendo en su nivel y ahora agarró una gran serenidad. En líneas generales se lo nota tranquilo, con confianza, y para un arquero es fundamental". El que no tuvo muchos momentos de mostrarse fue el Loco Sacripanti, que con la llegada de Silvani perdió su lugar entre los once, y después de los dieciséis. Y en este caso, Veira explicó: "Le estamos haciendo un trabajo diferenciado en cuanto a control de pelota. Creo que tiene un gran estado de ansiedad y eso lo lleva a cometer errores. Trabajamos para que primero tenga un gran control del balón y después sí pueda jugar y pensar en el gol. Es un chico valiente, siempre está en la zona de fuego, no está en buen momento pero seguro va a levantar". En cambio, hay un jugador que parece intocable en el equipo. Claro, juega en cualquier puesto y responde: "Domizi es un ejemplo para los chicos. No se entrega nunca, está siempre de buen humor, apto para trabajar. Es muy fuerte mentalmente, tiene una gran predisposición para hacer lo que necesita un entrenador. Es un referente de Newell's".
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