Javier Parenti / La Capital
Las imágenes del Bambino reflejaron caras de preocupación en la mayoría de los partidos de Newell's. Claro, el equipo no logró jugar en el nivel que todos los rojinegros y él pretenden, por eso se lo vio festejar poco. Y aunque los números de la campaña no son muy positivos, todavía pueden depararle alguna alegría. Es difícil, pero Veira le hace frente a la situación y cree. -Por lo que se te escucha decir parece que no estás arrepentido de haber venido a Newell's. -No. Porque vine a desarrollar toda mi pasión y a brindar mi experiencia en el plano futbolístico. Y me han atendido realmente muy bien, me siento muy cómodo en todo sentido, tanto en el club como en la ciudad. Por eso no me arrepiento absolutamente de nada. -¿Fue más difícil, menos o igual de como esperabas? -Lo esperaba así. Nosotros, los tres (él, Pogany y Weber) somos iguales. Con metas en lo deportivo, muy profesionales y muy tranquilos para vivir, así que no tuvimos problemas de adaptación. -¿Pero no sentís que al bajar de Buenos Aires perdiste un poco de protagonismo a nivel del fútbol nacional? -No creo, como uno está en todo el ambiente futbolístico, hoy estamos acá y posiblemente en un año estaremos en Arabia Saudita, México o Perú. Es así, el asunto es seguir manteniendo ese fuego sagrado para dirigir. El día que pierda la pasión y me venga a buscar cualquier equipo, y yo no la sienta más, realmente le digo que no. Esto es una pasión que vivo tanto adentro como afuera de la cancha. -¿Así te pasó como jugador? -Sí, me querían hacer el contrato por un año más en Chile y dije que no. No sentía más jugar, era un sacrificio ir a entrenar, y así fastidiaba al entrenador, a mis compañeros. Eso no podía ser. Por eso, el día que me ocurra esto en esta profesión de entrenador me dedico a otra cosa. -¿Cómo se mantiene la pasión? -Me doy cuenta cuando me levanto a la mañana. Estoy con ganas, busco mejorar al equipo y eso quiere decir que la pasión está intacta. Me siguen doliendo las derrotas, lo siento mucho cuando mi equipo juega mal y lo disfruto cuando lo hace bien. -Acá no estás disfrutando muy seguido. -Pero estamos en presencia de un plantel joven que se brinda al máximo en cada entrenamiento, en el orden táctico viene trabajando bien y capta todo. El equipo tiene gol y amor propio, como me lo demostró en varias oportunidades. Lo que sí debemos mejorar es la concentración, fundamentalmente en esto, porque perdimos varios puntos por esta causa. -¿Producto de la juventud? -Considero que sí, y en eso trabajamos. La mentalización y concentración es fundamental. -También es cierto que muchos rojinegros reclaman que no llegan mucho, que les falta juego ofensivo. -Goles se hacen, y muy lindos. Igual creo que el trío de arriba va a rendir mucho más. Tengo mucha confianza en que Manso, Rosales y Silvani lo harán. Tenemos potencia, velocidad, gol y habilidad en estos tres jugadores. Cuando se encuentren y sumen partidos juntos tienen que andar bien. -¿Qué es lo mejor de Newell's hoy? -Es un equipo ordenado, que no baja los brazos y que en cualquier momento te liquida porque tiene gol. Esa es la realidad. -¿Se te nota confiado, podrás lograr convencer también a los jugadores de que todavía pueden lograr los objetivos propuestos? -En estos nueve partidos que restan vamos a dar todo para llegar lo más alto posible y así poder meternos en alguna Copa. Estamos a tres puntos y vamos a pelearla. Este equipo no va a bajar los brazos y la mentalización está puesta ahí, podemos lograrlo. -Entonces te ves dirigiendo a un equipo protagonista. -Tenemos contrato hasta fin de año y lo que queremos es poner en el campo de juego a un Newell's de alta competición. Estamos en eso.
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