Las relaciones entre Washington y Pyongyang habían "tocado fondo" después de que George W. Bush dijo que Corea del Norte formaba parte de un "eje del mal", junto con Irán e Irak, porque trataba de desarrollar armas de exterminio. La crisis nuclear comenzó en octubre, cuando Washington dijo que Corea del Norte admitió tener un programa activo encubierto para producir uranio enriquecido para armas nucleares, además de uno de plutonio congelado, violando un acuerdo con EEUU de 1994 por el que se comprometió a suspender ese tipo de actividad a cambio de petróleo. Tras la acusación, Washington interrumpió el suministro de crudo, violando de hecho el acuerdo que había costado diecinueve meses de negociaciones entre EEUU y Corea del Norte. La república comunista negó haber hecho tales declaraciones, pero afirmó su derecho a desarrollar un programa nuclear, echó a los veedores que supervisaban sus actividades atómicas y abandonó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
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