Año CXXXVI
 Nº 49.823
Rosario,
viernes  25 de
abril de 2003
Min 13º
Máx 20º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El gran desafío de Abu Mazen: vencer a la violencia

Christian Fuerst

Ramalá.- Mahmoud Abbas (Abu Mazen), el designado primer ministro palestino, parecía relajado tras su "victoria" sobre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat. Con gesto confiado, el siempre bien vestido político salió al patio de la Mukata -el cuartel general de Arafat- tomando tan fuertemente de la mano al líder palestino que daba la impresión de que quería evitar que el pálido y aparentemente cansado jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tropezara.
Pero Abu Mazen, como le llama la mayoría de los palestinos, no quiso dar a conocer su postura ante la prensa. Calló y se puso de inmediato a trabajar en los detalles de la lista de su gabinete, consciente de que su éxito en la lucha de poder contra el líder palestino, aún relativamente popular, se lo debe a la comunidad internacional, que presionó con mucha fuerza a Arafat para que diera su brazo a torcer en las disputas por la formación del gobierno de Abu Mazen.
Pocas horas después quedaron claras todas las dificultades que el nuevo primer ministro tendrá que afrontar en las próximas semanas y meses. La organización radical Hamas, responsable de la mayor parte de los atentados en Israel, advirtió esa misma tarde al nuevo jefe de gobierno que "no se atreva a declarar la guerra" a los extremistas.
Y, un poco más tarde, un joven palestino se volaba por los aires en la estación de tren de la ciudad israelí de Kfar Saba. Una demostración de que los extremistas están dispuestos a todo y de que no pondrán fin de manera voluntaria a su lucha contra Israel. El nuevo primer ministro, que recibió muestras de apoyo de todo el mundo, sabe que esta lucha contra la violencia es imprescindible si se pretende reavivar el proceso de paz en Medio Oriente con ayuda del plan que Estados Unidos, la Unión Europea, Naciones Unidas y Rusia quizás hagan público por fin la semana próxima.
A principios de abril, tras un al parecer infructuoso encuentro con líderes de Hamas y Jihad Islámica, Abu Mazen declaró: "La reinstauración de la ley y el orden tienen para mí la prioridad absoluta". Israel ya anunció que responderá con "una acción positiva" cualquier medida de los palestinos contra la violencia.
"No esperamos éxitos al ciento por ciento, sino esfuerzos al ciento por ciento" es la divisa proclamada por el gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon. Unos esfuerzos que echaron en falta durante el gobierno de Arafat, quien a juicio también de expertos occidentales inventó la "política de la puerta giratoria".
Ante las protestas de Israel, por la mañana se detenía a extremistas que, por la tarde, eran puestos en libertad en estricto silencio. Una práctica que sin embargo podría tener fin con el nuevo ministro de Seguridad, Mohammed Dahlan. Fue Dahlan quien, tras una serie de atentados terroristas de Hamas y Jihad Islámica en 1996, actuó con decisión contra los extremistas, a muchos de los cuales encarceló, en aquel entonces por orden de Arafat y bajo la fuerte presión de Estados Unidos.
Pero Arafat los volvió a liberar cuando el primer ministro israelí Ehud Barak (1999-2001) lanzó misiles contra prisiones en Gaza. Pocos meses después, los extremistas iniciaban las acciones terroristas contra civiles israelíes. Todos los implicados, también los europeos y Rusia, que ahora se unieron a Estados Unidos para impulsar el proceso de paz son conscientes de que el fin de la violencia por ambas partes es la condición más importantes para que tenga éxito el plan de paz con el que los palestinos podrían lograr la independencia en tres años.
Círculos de la seguridad israelí también reaccionaron satisfechos con el resultado de la lucha de poder en Ramalá y el nombramiento de Dahlan, que cuenta con la total confianza de israelíes y estadounidenses. Sin embargo, en esta ocasión los políticos israelíes fueron comedidos a la hora de opinar sobre lo sucedido en Ramalá. Aunque en Jerusalén se puso mucha esperanza en Abu Mazen y Dahlan, mostrar demasiado su satisfacción podría reforzar en muchos palestinos la impresión de que su nuevo gobierno sólo es "una marioneta de Israel y Estados Unidos", como expresó el miércoles el portavoz de Hamas, Abdel Aziz Rantisi. (DPA)


Notas relacionadas
Reciben al nuevo gobierno palestino con un ataque suicida en Israel
Lista no oficial de la ANP
Moderación
Diario La Capital todos los derechos reservados