Año CXXXVI
 Nº 49.822
Rosario,
jueves  24 de
abril de 2003
Min 15º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El intendente de Roma XI y la política de reducción de daños
Smeriglio: "Contra la droga hay que hacer campañas sin prejuicios éticos"
El dirigente expuso su experiencia en Rosario en unas jornadas sobre violencia y drogadicción

"Contra la droga hay que hacer campañas sin prejuicios éticos". Esta consigna guía desde hace dos años la gestión de Massimiliano Smeriglio, presidente del municipio Roma XI. En ese distrito de la capital italiana se lleva adelante una política de reducción de daños basada en dos pilares: la información precisa sobre los efectos de cada una de las sustancias y la construcción de oportunidades de inclusión para las personas toxicodependientes. Una labor que, según sus propias palabras, "convive en permanente conflicto" con la legislación prohibicionista de ese país. Pero que se sostiene en la convicción de que se sigue "el camino correcto".
En el distrito de Roma XI viven 150 mil personas, con una realidad socioeconómica muy fragmentada, "hay lugares residenciales de clase media alta y barrios históricos tradicionales con más problemas sociales donde habita más o menos la mitad de la población", describió el funcionario que volcó su experiencia ayer en la jornada internacional sobre "Violencia, drogadicción y marginalidad", organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario.
-¿Cómo es la legislación italiana respecto al consumo de drogas?
-El consumo está penalizado y prohibido. Tanto sea de drogas ligeras, como pesadas.
-¿Y cómo convive una política de reducción de daños con la prohibición del consumo de drogas?
-Mal y en permanente conflicto. Nosotros tenemos un gobierno nacional de centro derecha que hace políticas prohibicionistas y que propone la cárcel como la única solución. En la ciudad de Roma, en cambio, hay un gobierno de centro izquierda que propone el método de la reducción de daños. Es una relación dialéctica bastante violenta, pero sabemos que cuando una administración cree en un proyecto tiene que arriesgar. Y lo hacemos porque entendemos que el mecanismo de reducción de daños es el camino correcto que debemos recorrer.
-¿Qué evaluación hacen de esta experiencia?
-No tenemos datos ciertos porque el tipo de toxicodependencia en la metrópolis está cambiando. Diez años atrás prevalecía el consumo de heroína, y hoy cambiaron las sustancias. Se usan muchas drogas sintéticas y, también, bajó la edad del consumo. El drogadependiente clásico, aquellos que consumían heroína, hoy tiene entre 35 y 40 años, y lo que nosotros tenemos que afrontar es este nuevo fenómeno de los adictos más jóvenes.
-¿Cómo lo hacen?
-Lo más importante es informar, no de una forma institucional, sino de una manera en que los jóvenes puedan comprender. Hay que hacer campañas sin prejuzgar desde el punto de vista ético, sino mostrando los efectos de cada una de las sustancias y las consecuencias de su uso. Para esto se hacen charlas en las escuelas y también distribuyendo preservativos para buscar bajar el nivel de contagio del sida. Además, buscamos enfrentar el tema de la exclusión social, construyendo oportunidades de inclusión en distintas actividades que se gestionan en forma cooperativa. Pero lo cierto es que la realidad del toxicodependiente cambia a una velocidad elevada.
-¿Más rápido que las políticas públicas que se puedan tomar sobre el tema?
-Sí. Por esto creemos en un estado de bienestar local que debe entrelazar la administración pública con las instituciones cooperativas y de la sociedad civil. Porque las cooperativas y las asociaciones civiles escuchan mejor y entienden antes los conflictos, además los tiempos de reacción también son más rápidos.



"Entre el prohibicionismo y el reduccionismo hay tensión". (Foto: Gustavo de los Ríos)
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados