Jorge Salum / La Capital
El conductor que atropelló a Damián Bonavera en mayo de 1996, causándole heridas que produjeron la muerte de la víctima 17 días después, volvió ayer a su casa de Marcos Juárez tras pasar seis meses en prisión. Salió bajo un régimen de libertad asistida y ahora deberá reportarse regularmente con las autoridades por otros seis meses hasta cumplir la condena de un año de prisión que le aplicó la Justicia. Se trata de Ricardo Alberto Mateucci, quien fue excarcelado por orden del juez de ejecución penal de Rosario, Efraín Lurá. Mateucci es uno de los pocos conductores homicidas condenados a prisión efectiva y además fue inhabilitado para manejar vehículos por 10 años. Bonavera, que tenía 19 años, circulaba en moto cuando fue embestido por el Ford Galaxy que manejaba Mateucci en la esquina de Mendoza y Rodríguez. Esto ocurrió el 17 de mayo de 1996, a las 9 de la noche. Según el fallo del juez Héctor Núñez, confirmado más tarde por la Sala I de la Cámara Penal en un fallo dividido, después del choque el conductor del auto huyó sin prestar ayuda a la víctima y, lo que es peor, trató de ocultar todos los indicios que pudieran incriminarlo. Mateucci estaba preso desde el 23 de octubre del año pasado. Ese día se presentó con su esposa y su abogado, Gabriel Navas, a notificarse de la sentencia de la Cámara y quedó detenido. Después pidió que le permitieran cumplir la condena en Marcos Juárez pero no se lo concedieron y nunca se fue de Rosario. El propio Navas confirmó anoche a La Capital que, al cumplirse seis meses de su detención, el juez Lurá finalmente firmó ayer su excarcelación. Esto fue posible porque con el mes que estuvo en prisión cuando lo detuvieron, un mes después del accidente, ya cumplió dos tercios de la condena y además tiene buena conducta. Mateucci es comerciante, tiene 50 años y está casado por segunda vez. Es padre de tres hijos y vive en Marcos Juárez. Damián Bonavera tenía 19 y era estudiante de Ciencias Económicas. Cuando el Ford Galaxy lo embistió pese a que tenía la prioridad de paso, sufrió graves heridas y quedó en coma. Su agonía fue penosa y duró 17 días. El caso se hizo célebre por la actitud de Gerónimo, el padre de Damián. Como sabía que había testigos que no se presentaban, el hombre se sentó durante días en la esquina donde atropellaron al hijo a esperar a que estas personas aparecieran. Así consiguió las primeras pistas y supo cuál era la marca del auto, además de otros indicios que permitieron encausar la investigación hasta llegar a Mateucci. Después se convirtió en un militante contra los homicidas del volante y se dedicó a difundir educación vial. En su momento, cuando confirmó la condena de Mateucci, la Cámara tuvo en cuenta la actitud de ocultarse y de borrar las huellas del choque con la moto de Damián. Los jueces no pasaron por alto un dato tremendo: cuando sólo se sabía que podía tratarse de un Galaxy, otra persona fue detenida e imputada del homicidio culposo. Esa persona, por supuesto, era inocente.
| Gerónimo Bonavera, cuando pedía datos del accidente. | | Ampliar Foto | | |
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