Las acciones del Loco de la Escopeta suponen la reiteración de un hábito criminal que habilitan a obtener ciertas conclusiones a la policía y a la Justicia. Estas, reiteradas ayer por fuentes de ambas instituciones, son algunas de ellas: * Es un único atacante que escala hacia un comportamiento más agresivos. Pero sigue un mismo modelo: disimula su conducta y consigue que no haya testigos. * Demuestra su intención de hacer daño sin elegir una víctima en especial. Desdeña de un objetivo en particular y por eso no escoge un arma de tiro direccional. * Por las descripciones aportadas en otros tres casos, es un hombre de no más de 40 años, de 1,75 metro de estatura y cutis blanco. * El comportamiento del tirador es serial. Demuestra método e inteligencia tanto para la preparación de los ataques como para eludir su detección. Persigue notoriedad. * La policía sostiene que no caben dudas de que el sábado disparo desde un origen en movimiento (un auto) que avanzaba en sentido contrario al colectivo donde iba la víctima.
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