La mayoritaria comunidad shiíta celebró ayer la peregrinación a la ciudad santa de Kerbala, 100 km al sur de Bagdad. Fue la primera vez que pudieron cumplir con el ritual en 26 años, debido a la prohibición impuesta por el régimen de Saddam. La última vez que los shiítas peregrinaron a Kerbala fue en 1977, y sufrieron una brutal represión. Cuando se alzaron contra Saddam en 1991, al terminar la primera Guerra del Golfo, el dictador los reprimió tan ferozmente que sus tropas ni siquiera tuvieron reparos en disparar contra los templos del casco antiguo de Kerbala. Las balas agujerearon la cúpula dorada de la mezquita Hussein, dedicada al nieto de Mahoma muerto en el año 680 y que es especialmente sagrada para el shiísmo. Los shiítas iraquíes son, junto con los norteños kurdos, los más pobres y menos educados de los iraquíes, por efecto de la discriminación impuesta por la dictadura de Hussein. Pero ya se ven claros disensos entre los shiítas y sus "libertadores". Este grupo religioso, que representa casi el 60% de la población iraquí, podría elegir un gobierno teocrático conducido por ayatolas, e introducir a la Sharia, la ley islámica. Lo opuesto a la democratización de estilo occidental en que piensa Washington.
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