"Tengo 61 años de trabajo y en una hora y media me quedé con una mano atrás y otra adelante". María del Carmen Uhrig habla poco, pero cuando recuerda el 19 de diciembre de 2001 no ahorra palabras. Su comercio, de Gutemberg al 1900, fue uno de los 39 saqueados en Rosario durante los últimos días del gobierno de Fernando De la Rúa. Y, como otros trece dueños de pequeños supermercados y almacenes, no pudo volver a abrir su local. Desde hace 16 meses, Uhrig reclama un resarcimiento, al menos parcial, por las pérdidas que tuvo. Primero lo hizo ante el gobierno nacional, después ante la provincia, pero no encontró respuesta. El próximo viernes los comerciantes se reunirán con el ministro de Gobierno santafesino, Carlos Carranza, frente a quien volverán a repetir su pedido.
En total, reclaman 1.300.000 pesos. "Una cifra que para nosotros representa mucho, pero para el gobierno no es tan significativa", calculó el titular del Centro Unión Almaceneros, Juan Milito. No obstante, la gestión ya lleva 16 meses. En principio ante el gobierno nacional, y desde agosto del año pasado frente al de la provincia.
Para el gerente de la Cadena del Centro, Juan Carlos Rocuso, "el tema se resuelve simplemente con la decisión política de atender el pedido". Y en este sentido, se mostró conforme con los resultados que tuvo la última reunión que mantuvieron con Carranza el pasado 11 de abril. "El ministro nos dijo que el gobierno reconocía que nuestro reclamo era justo. Así que esperamos que se pueda avanzar en el tema el próximo viernes", sostuvo.
Según datos del Centro Unión Almaceneros, entre el 14 y el 20 de diciembre de 2001, en Rosario fueron saqueados 39 comercios, trece de los cuales no pudieron recuperarse de los daños sufridos y no encontraron más alternativa que cerrar sus puertas. En cambio, los tres locales saqueados en Villa Gobernador Gálvez volvieron a abrir sus persianas.
"Un día de terror"
"El 19 de diciembre del 2001 fue un día de terror. Yo muchas veces les había dado de comer a quienes después entraron a mi negocio. Así que sinceramente nunca pensé que me fuera a pasar esto", dijo María del Carmen Uhrig mientras señalaba el jueves pasado ante La Capital las huellas que los saqueos dejaron en su local: ventanas y vidrios totalmente rotos, persianas abolladas y con agujeros de bala, góndolas desarmadas y refrigeradores destrozados.
El comercio de Gutemberg 1999 se llamaba Autoservicio Nahuel, ocupaba toda una ochaba, y allí trabajaban los esposos Uhrig, su hija y una empleada. Vendían todo tipo de alimentos, artículos de limpieza y también tenían pollería y fiambrería. "Estaba bien montado. Lo abrió mi hija en el 93 y acá pusimos todos nuestros ahorros", se lamentó María del Carmen.
De eso queda muy poco. Tres cuartas partes del negocio sirven de depósito de góndolas, ventanas, y exhibidores rotos. En el resto, la familia montó un raquítico almacén donde venden pan, lácteos, algunas conservas, fideos, arroz, aceite y pañales. "Esto lo pudimos abrir gracias a la ayuda de algunos proveedores, pero no nos sirve más que para pagar deudas", dijo Uhrig y después lanzó: "Tengo 61 años de trabajo y en una hora y media me quedé con una mano atrás y otra adelante".