Año CXXXVI
 Nº 49.817
Rosario,
sábado  19 de
abril de 2003
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Un largo calvario

Simon Wiesenthal, nació el 31 de diciembre de 1908 en Buczacs, en lo que ahora es Lvov Oblast, en Ucrania, recibiendo el título de ingeniero arquitecto de la Universidad Tecnológica de Praga en 1932.
Su vida se desarrolló normalmente hasta 1939, cuando Alemania y Rusia firmaron el pacto de no agresión y el acuerdo de repartirse Polonia entre ellos. La armada rusa pronto ocupó Lvov, y empezó la purga roja de judíos comerciantes, dueños de fábricas y otros profesionales.
En la purga de elementos "burgueses" que siguió a la ocupación soviética de Lvov Oblaste en el principio de la Segunda Guerra Mundial, su padrastro fue arrestado por el NKDV (la policía secreta soviética) y murió en prisión; su hermanastro fue asesinado a tiros, y Wiesenthal se convirtió en mecánico en una fábrica de camas.
Se salvó más tarde junto con su esposa y su madre de ser deportados a Siberia por un comisario de la NKVD. Cuando los alemanes desplazaron a los rusos en 1941, un empleado suyo que colaboraba para la policía auxiliar de Ucrania lo ayudó a escapar de la ejecución de los nazis, pero no escapó del encarcelamiento.
En octubre de 1943, con ayuda de un diputado, Wiesenthal escapó del campo Ostbahn justo antes que los alemanes iniciaran la masacre de todos los prisioneros. En junio de 1944, fue recapturado y devuelto a Jancwska con la certeza de que iba a ser aniquilado.
Sobreviviente (con otros 34) de un grupo de 149 mil prisioneros, Wiesenthal (que pesaba unos 35 kilos y completamente desvalido) fue hallado cuando el campo de Mauthausen fue liberado por una unidad americana el 5 de mayo de 1945.
Contrario a lo que se pudiera creer, Wiesenthal no acostumbraba a "cazar" él mismo a los fugitivos. Su principal tarea es la de investigador para reunir y analizar información, ayudado por un grupo de amigos a nivel internacional, colegas y simpatizantes, incluyendo veteranos de la segunda guerra mundial, aterrorizados por los horrores de los que fueron testigos.
Wiesenthal recordaba que un soldado, en 1944, le dijo: "Tu podrás decir la verdad de los campos de concentración o campos de muerte a la gente en América. Eso está bien, y ¿sabes lo que va a pasar, Wiesenthal? Ellos no te creerían. Para mí que estás loco y hasta te manden a un hospital. ¿Cómo puede alguien creer en este terrible asunto a menos que lo haya vivido?".


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