Año CXXXVI
 Nº 49.815
Rosario,
viernes  18 de
abril de 2003
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Sindicatos alzan su voz contra la reforma previsional de Lula

Pablo Rodriguez

Río de Janeiro. - El gobierno del presidente brasileño, el izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva, presentará al Congreso el próximo 30 de abril una dura reforma pensional y una tributaria de carácter social, luego de haber logrado el apoyo político de los 27 gobernadores del país. Los ministros de Hacienda, Antonio Palocci, y de la Previsión Social, Ricardo Berzoini, hicieron el anuncio el miércoles en una conferencia de prensa tras una reunión entre Lula y los gobernadores, que se prolongó por diez horas. El proyecto de reforma al sistema pensional, que la prensa brasileña coincidió en calificar de "dura", fue el que inmediatamente generó las principales reacciones entre los analistas y el rechazo del grueso de los sindicatos. El punto que despertó las más airadas reacciones de los sindicalistas es el que propone que los jubilados contribuyan financieramente con el sistema pensional a partir de los 1.058 reales de pensión mensual (352 dólares al cambio actual).
Las principales críticas provinieron de la poderosa Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que agrupa a la mayoría de sindicatos públicos y que apoya al gobierno del ex sindicalista metalúrgico.
El presidente de la CUT, Joao Felicio, aunque puntualizó que la central obrera continúa apoyando a Lula, advirtió que se opondrá a la reforma tal como la anunció el ministro Berzoini. Paradójicamente, según reveló ayer la prensa local, la reforma al sistema de jubilación fue la que menor resistencia generó entre los gobernadores, contrariamente a lo que ocurrió con la fiscal, toda vez que ésta afecta directamente las arcas de los estados.
Así lo reconoció el ministro de Hacienda, quien dijo que ese fue el motivo por el cual se prolongó más de lo previsto la reunión con los gobernadores. El mismo Palocci, quien explicó genéricamente la reforma tributaria, la definió como de corte social, dado que dijo, los más pobres pagarán menos impuestos y los que tienen más pagarán más.
Quizá por esta razón y por el hecho de que Lula ha advertido que si no se realiza esa reforma tributaria en el futuro el sistema pensional puede colapsar, fue que ésta no despertó prácticamente ninguna reacción, al contrario de lo ocurrido con la del sistema de pensiones.
De acuerdo con el ministro de la Casa Civil (ministro de la política) José Dirceu, el presidente Lula es conciente del "precio" que tendrá que pagar por proponer que los jubilados también contribuyan económicamente a sostener el sistema pensional. Paro la CUT no sólo critica que los pensionados tengan que seguir aportando después de jubilarse, pese a haberlo a lo largo de su vida laboral, sino también el piso pensional que el Ejecutivo fijó para ese pago. La Central obrera había propuesto ese cobro para las pensiones a partir de los 4.800 reales (1.600 dólares).
Tampoco fue muy bien recibido por los sindicalistas la modificación de la edad mínima para la jubilación, que el proyecto propone sea de 60 años para los hombres y de 55 para las mujeres, contra 53 años para los hombres y 48 para las mujeres actualmente. Esta propuesta tendrá que tramitarse en el Congreso como una reforma constitucional, ya que la actual edad mínima de jubilación está estipulada en la Carta Magna brasileña.
Pese al apoyo de los gobernadores, las reformas no resultarán de fácil aprobación en el bicameral Congreso, dado que el gobierno de Lula no cuenta con mayoría legislativa. Es quizá por ello que el propio mandatario, acompañado por los 27 gobernadores, se propone el próximo 30 entregar personalmente en el Congreso los dos textos de sus iniciativas. (AFP)


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