Año CXXXVI
 Nº 49.815
Rosario,
viernes  18 de
abril de 2003
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Udai, un obsesionado por la tortura

Bagdad. - Udai -hijo de Saddam Hussein- era un apasionado de Internet, la tortura, las armas, las mujeres, los autos, el alcohol y adoraba a su madre, según comentó uno de sus ex colaboradores que pidió el anonimato. "Pasaba gran parte del día en Internet visitando los sitios de las ONG para informarse sobre los más sofisticados métodos de tortura -especialmente en América del Sur- y cuando no entendía el texto en español, imprimía las fotos", contó este hombre que reside actualmente a unos 100 de km de Bagdad.
No torturaba él mismo, pero sí asistía a las sesiones de tortura en una prisión, manejada por los Fedayin de Saddam, organización que él controlada. Sólo una vez lanzó desde el 14º piso a un hombre que no le pagó por los servicios prestados, revela el colaborador. El gimnasio de Udai, llamado Jalil Fayad, con una inmensa piscina, fue construido tras el atentado del que fue víctima y que fue perpetrado por los shiítas el 14 de diciembre de 1996. El ataque casi le cuesta la vida y afectó la motricidad de sus piernas. En una sala, los muros están cubiertos pinturas de las figuras más respetadas del shiísmo, Alí y Hussein, mientras al otro lado están pegadas fotos de actrices como Brooke Shields.
En su palacio hay también libros de esa rama del islamismo y sobre el jeque Mohamad Hussein Fadlala, dirigente espiritual de los shiítas libaneses. "Desde su atentado estaba fascinado por los shiítas y leía todo lo que encontraba sobre el tema, pues pensaba que si se acercaba a ellos ya no volverían a atentar contra su vida", agregó su ex colaborador.
Las mujeres eran su obsesión. En el gimnasio se hallaron mensajes electrónicos de una agencia de call-girls libanesa donde se le anunciaba la llegada de siete mujeres checas, con fotos de apoyo y se le pedían disculpas por el retraso. "Contrariamente a lo escrito, Udai nunca se casó, pero estaba obsesionado por las mujeres. Si veía una que le gustaba enviaba a sus esbirros a buscarla", añade este hombre que trabajó mucho tiempo con Udai.
En su casa, situada en el complejo presidencial, hoy destruido por dos misiles, había también fotos de mujeres muy bellas desplegadas sobre los sofás. Udai recibía a sus mujeres en un departamento de soltero en Jadriya, barrio de casas para altos dignatarios del régimen, o en una casa en el club náutico.
Las armas también figuraban entre sus principales pasiones y en su casa del club naútico hay gran cantidad de pistolas, fusiles ametralladora y puñales guardados en sus armarios. "Bebía mucho, en especial coñac y arak iraquí" (que se obtiene de la destilación de dátiles), subraya su colaborador. También adoraba los relojes, las joyas masculinas y los autos. "Tenía unos cien autos de colección, entre ellos 20 Rolls Royces", destaca su ex colaborador.
La única persona a la que veneraba era a su madre, Sajida, la primera esposa de Saddam, y con ella y su hermana menor, Hala, compartía su casa. Después del atentado de 1996, Udai vivía "en la parte del complejo presidencial que daba al lado del río Tigris", mientras su padre vivía "en el palacio cercano al aeropuerto o en un palacio subterráneo, en Amriya, al suroeste de la ciudad", expresó el ayudante. (AFP)


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