La enfermedad que los médicos le diagnosticaron a Guillermina cuando apenas tenía 8 meses era el de una miocardiopatía dilatada. El cardiocirujano que llevó adelante el trasplante, José Luis Sgrosso, explicó ayer que "se trata de una enfermedad del músculo del corazón que compromete el bombeo de la sangre porque no se contrae como es debido". El hecho es que con el paso del tiempo esta disfunción provoca la dilatación del músculo y llega un momento en que no bombea sangre suficiente. "Sucede que a los órganos llega poca sangre y lo hace con poco oxígeno y nutrientes. Además, el resto queda estancado dañando órganos, como pulmones, hígado y riñones", explicó el profesional. Ante este cuadro, la única salida que tenía Guillermina era de la un trasplante. Es más, Sgrosso aclaró que "son pocas las intervenciones de este tipo que se llevan adelante en niños porque se trata de esperar a que lleguen a la edad adulta, cuando pueden tolerar mejor los medicamentos antirechazo que se les suministran".
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