Año CXXXVI
 Nº 49.815
Rosario,
jueves  17 de
abril de 2003
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Con 13 años fue trasplantada del corazón y volvió a la vida
Sufría una insuficiencia cardíaca desde los 8 meses. La donante fue otra nena que falleció en Jujuy

Tenía sólo 8 meses cuando le diagnosticaron una insuficiencia cardíaca y fue con un estricto tratamiento que pudo llevar una vida normal. Pero a los 13 años a Guillermina le quedó una sola chance: un trasplante. Luego de pasar cuatro días en emergencia nacional, llegó un corazón de una nena también de 13 años que había muerto en un accidente en Jujuy. Tras la intervención quirúrgica, Guillermina dice que quiere ir a la escuela y hacer deporte. Y no está tan lejos de lograrlo porque, a 17 días de haber sido operada ya sabe que se acerca el momento para abandonar la habitación del Sanatorio Parque. Para María Alicia, la mamá, "fue un verdadero milagro" y, después de todo lo que pasó, aseguró que "esto se pudo hacer con la solidaridad de la gente que en el medio de un terrible dolor puede pensar en otras personas".
El diagnóstico que recibieron los padres de Guillermina hace 13 años atrás era de una miocardiopatía dilatada (ver aparte). "En ese momento se realizaba el primer trasplante pediátrico en Buenos Aires, fuimos para allá y entró en la lista de espera del Incucai (Instituto Nacional Centro Unico Coordinador de Ablación e Implante)", contó la mamá. Pero después de pasar dos años en la Capital, el corazón de Guillermina se estabilizó y su familia volvió a Las Rosas.
Durante todos esos años llevó una vida normal, pero bajo un estricto tratamiento médico que incluía una dieta especial, medicamentos y muchos cuidados.
"Iba a la escuela como cualquier chico, se iba de campamento y hacía de todo. Guillermina siempre supo lo que le pasaba y aprendió a convivir con todo eso, pero después comenzó a desmejorarse", contó María Alicia.
Es que a principios de este año, Guillermina empezó a sufrir los síntomas de que algo no andaba bien: falta de aire, dolores de estómago, poco apetito y mucha fatiga.
Allí fue cuando los médicos le plantearon a María Alicia y a José Luis, los padres, que ya no quedaban alternativas y que la única opción de vida para Guillermina era un trasplante de corazón.
La vida de la familia no fue fácil. María Alicia y José Luis tienen otros dos hijos -una nena y un varón- que tuvieron que quedarse en Las Rosas durante todo este tiempo y que sufrieron mucho la ausencia de su hermana. "Guillermina es una nena muy fuerte a pesar de todo lo que pasó, pero la verdad es que es una situación muy dura para todos", aseguró la mamá.
Lo cierto es que fue la propia Guillermina, junto a sus padres, la que escuchó a los médicos y accedió a hacerse la intervención quirúrgica. Pero su bajo peso y su pequeña contextura física hacían que no cualquier órgano fuera el adecuado para ella.
Por eso pasó dos semanas en coronaria y su caso entró en emergencia nacional. Fueron los familiares de una joven de 13 años que había fallecido en Jujuy en un accidente automovilístico los que decidieron donar los órganos y así Guillermina consiguió un corazón.
"Los médicos dijeron que fue un milagro encontrar un órgano de una chica con sus mismas características. Pero lo importante es tener conciencia sobre la importancia de la donación, porque nada de esto podría haber pasado sin la solidaridad de la gente, de alguien que en medio de un dolor terrible puede pensar en otra persona", dijo la mamá.
Acompañada por sus hermanos y sus padres, la nena de 13 años llegó hasta la puerta del quirófano del Sanatorio Parque. La intervención, que estuvo a cargo de un equipo dirigido por los médicos Carlos Poy y José Luis Sgrosso, fue un éxito y la salud de la chiquita evoluciona muy bien. Ahora dice que sólo quiere ir a la escuela y hacer deporte, que fue una de las limitaciones que le impuso su enfermedad durante mucho tiempo.
Y Guillermina no está tan lejos de hacerlo porque, aunque tendrá que quedarse en Rosario para los estrictos controles médicos, la semana próxima abandonará el sanatorio. "Recién después de que pase un año del trasplante, los controles son más espaciados y vamos a volver a casa", anticipó la madre.



En una semana Guillermina podrá dejar la habitación.
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