Poco se sabía de Adrien Brody hasta hace algunos meses, a pesar de que había rodado a las órdenes de varios de los directores más reconocidos del panorama mundial. Pero el papel de Wladyslaw Szpilman en "El pianista", de Roman Polanski lo catapultó a la fama de un día para otro, sobre todo después de ganar el Oscar a mejor actor principal por este rol. Para encarnar a Szpilman, Brody, hijo de la fotógrafa húngara Sylvia Plachy y nacido en Nueva York el 14 de abril de 1973, bajó 15 kilos, vendió su auto, abandonó su departamento y desactivó su teléfono móvil. Se fue a Europa, donde se aisló y comenzó a pasar hambre, tratando de comprender el horror por el que había pasado su personaje. "La verdad es que muchas veces uno piensa en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto sin tener idea de lo que ocurrió entonces. Participar en «El pianista» me hizo entender qué tan grandes son los niveles de maldad a los que pueden llegar ciertos seres humanos", comentó. A lo largo de su carrera, Brody trabajó con Francis Ford Coppola "Historias de Nueva York" (1989), cuando tan sólo era un adolescente; con Steven Soderbergh en "El rey de la colina" (1993); con Terrence Mallick en "La delgada línea roja" (1997); con Spike Lee en "El verano de Sam" (1999); con Barry Levinson en "Liberty Heights" (1999); y con Ken Loach en "Pan y rosas" (2000). Tras "El pianista", y con su peso normal recuperado, rodó la comedia musical "The Singing Detective", junto a Robert Downey Jr., Robin Wright Penn y Mel Gibson.
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