La vida de Roman Polanski está signada por los dramas. El primero de ellos, la pérdida de su madre en Auschwitz, lo inspiró para realizar "El pianista". Mudado a los Estados Unidos, la vida volvió a mostrarle su lado más oscuro cuando Charles Manson y su secta asesinaron a Sharon Tate, la joven esposa de Polanski. A estas situaciones trágicas se suma la acusación de haber mantenido relaciones sexuales con una menor en casa de Jack Nicholson _delito que lo obligó a escapar de la Justicia norteamericana luego de que fuera encontrado culpable y condenado a 25 años de prisión_, sus escandaloso amor con la jovencísima Nastassja Kinski y otras turbulentos affaires personales que lo hicieron el favorito de la prensa. Todas estas historias volvieron a ponerse en circulación cuando Polanski fue nominado al Oscar como mejor director, premio que finalmente ganó, imponiéndose a realizadores como Martin Scorsese ("Pandillas de Nueva York") y Pedro Almodóvar ("Hable con ella"). Si el realizador volvía a los Estados Unidos corría el riesgo de ir a parar a la cárcel, por eso no estuvo presente en la ceremonia de entrega de los premios Oscar.
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