David Nalbandian no le dio chances al ucraniano nacionalizado ruso Nicolay Davydenko. Fue un trámite hasta que la lluvia decidió ponerle un poco de suspenso a un partido casi terminado. Apenas perturbado, hasta entonces, por las tímidas inclemencias del tiempo que al final terminaron haciendo más fuerza que el propio tenista europeo. Un par de suspensiones muy breves y una bastante más prolongada (casi una hora) que complicó la hasta entonces irreversible ventaja del cordobés fueron los únicos obstáculos que encontró el número uno de Argentina para estampar el 1 a 0 de una serie que empezó a dar sus frutos en el preciso instante en que el capitán ruso anunció la ausencia de Marat Safin y no incluyó entre los singlistas titulares a Mikhail Youzhny. El cordobés se impuso por 6/2, 6/2 y 7/5 en dos horas y doce minutos de partido, al que le sobró casi una hora entre suspensiones y un quedo en un tanto inquietante del argentino después de ponerse 5/1 en el tercer parcial. Allí, Davydenko, jugado por jugado, empezó a arriesgar con cada pelota que le pasaba al alcance de su raqueta y David le quitó rigurosidad a su juego. Cometió el error de relajarse y estuvo a punto de sufrir algo más que un dolor de cabeza que él mismo abortó rompiendo el servicio de su adversario en el undécimo juego.
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