Año CXXXVI
 Nº 49.801
Rosario,
jueves  03 de
abril de 2003
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Guerra en el Golfo. La muerte de civiles marcó a la tropa anglosajona
Los británicos se distancian de los cowboys

Londres. - El teniente coronel Mike Riddell-Webster lleva su gorro de tela escocesa, rematado con unas plumas rojas, con una actitud informal. Con la mano tendida, el militar británico se dirige a los civiles iraquíes y promete que "el agua llega enseguida". Para los niños hay golosinas. Los ataques de soldados estadounidenses contra civiles iraquíes consternaron a los militares británicos y esto se nota en el trato.
El regimiento de vigilancia de Riddell-Webster se encuentra estacionado en un puesto de control en el sur de Irak, que actualmente podría ser blanco de un ataque suicida. Sin embargo, el trato con los iraquíes aquí es completamente diferente al que se da algo más al norte, donde la infantería de la marina estadounidense con cascos, rostros encapuchados y arma en mano está al acecho.

Diferencias de trato
Sobre todo en el trato con los civiles parece que los británicos quieren marcar la diferencia con respecto a los estadounidenses. El diario Daily Telegraph aseguró ayer que la actuación de los soldados es "muy al estilo británico", es decir, con gentileza y cabeza fría. Los disparos de soldados estadounidenses que acabaron con la vida de mujeres y niños iraquíes han consternado a los militares británicos. La prensa británica coincide en señalar que a sus uniformados no les hubiese pasado. Los ingleses se remiten a su experiencia durante más de 30 años en el trato con una población entre escéptica y hostil en Irlanda del Norte.
Los métodos a lo cowboy empleados por soldados estadounidenses, según sostienen compañeros británicos, han causado un cierto malestar en Londres. Y se han recordado las palabras de Churchill: "Los estadounidenses siempre harán lo correcto, tan pronto como hayan agotado todas las alternativas".

Londres no piensa en Siria e Irán
Sin duda alguna, las amenazas del secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, contra Siria e Irán han consternado y enojado al gobierno de Blair. El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, se vio obligado ayer a descartar acción militar alguna contra estos países por parte de Gran Bretaña. El primer ministro Tony Blair dejó claro en la Cámara de los Comunes que "no hay plan alguno" para una invasión de Siria o Irán.
El diario The Times cita a un destacado consejero de Blair, quien sostiene que se perfilan "las primeras finas fisuras en las relaciones". Lo que más temen los británicos es una escalada del conflicto, ya sea con ataques a otros países o con una actuación más intensa, y por lo tanto con más bajas, en Irak. "La guerra se ha de ganar, y Estados Unidos al final empleará cualquier método para alcanzar su objetivo", advierte la columnista Madeleine Bunting. "La guerra corrompe a todos los que participan en ella", agregó.
Casi a diario Straw y Blair subrayan la importancia del proceso de paz para Medio Oriente y el gran papel que Naciones Unidas desempeñará en Irak después de terminado el conflicto bélico. Pero esto se puede adjudicar al hecho de que ellos apenas influyen actualmente en el rumbo de la guerra, ya que no son los que llevan el mando, sólo los asociados. "Esta es la guerra de Rumsfeld, no la de Tony Blair", señala el diario The Guardian. (DPA)



Un soldado británico juega con niños iraquíes.
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