Hilla (Irak). -El tren con vehículos blindados iraquíes se encuentra totalmente destruido después de haber sido alcanzado de lleno por los estadounidenses. La fuerza de la explosión hizo caer el material de guerra de los vagones que lo conducían al frente. Pero los iraquíes no están inactivos aquí al sur de Bagdad, donde unidades de ambos bandos se preparan para la inminente batalla por la capital. Y la marcha de las tropas y las señales de bombardeo son indicios de las calamidades que vendrán. En todas partes las tropas iraquíes han preparado posiciones defensivas y trincheras. Junto a las carreteras en medio del campo se han levantado paredes de arena de un par de cientos de metros donde pueden buscar abrigo tanques, posiciones de artillería y material de reserva. De los canales llenos de petróleo surgen llamas de varios metros y el cielo al sur de Bagdad se ve ensombrecido por el humo negro. Pero salvo algunos pocos tanques y piezas de artillería camufladas, se ve poco material de guerra en el camino de Bagdad a Hilla, ubicada a unos cien kilómetros. Los soldados hacen guardia en los puntos de control y cada tanto se ven impactos de misiles. Al parecer, los iraquíes no quieren dejar que los bombardeos angloestadounidenses destruyan sus equipos antes de que llegue el momento. Las víctimas iraquíes de los ataques se encuentran en el hospital universitario de Hilla, donde reina un ambiente tenso. En los últimos dos días han sido ingresadas más de 300 personas con heridas de esquirlas, informan los médicos. Y más de 30 han muerto. Colaboradores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) señalan que han visto en Hilla decenas de muertos y cientos de lesionados. En las camas de la clínica hay hombres y mujeres, pero también niños con heridas graves. Muestran heridas sangrantes. A otros les han sido amputados brazos o manos. Asil Yasin, de 27 años y vendedor ambulante en Hilla, es uno de los lesionados. Explica que su hermano también fue herido cuando un suburbio de Hilla fue atacado desde el aire. "Atacaron mi casa con bombas de fragmentación. Por eso hay tantos heridos", afirma. También la madre de una niña de cinco años, que llora y grita, relata que una bomba impactó contra su casa. Los periodistas pueden interrogar libremente a los heridos, pero no así ver las casas de las afueras que aparentemente fueron bombardeadas. El tráfico es canalizado con puestos de control de las milicias iraquíes y bloqueos de caminos con desviaciones a carreteras secundarias. Luego de que hubiera varios incidentes en el frente en los que soldados estadounidenses dispararon contra civiles y mataron a niños y mujeres, reinan el miedo y el nerviosismo. También corren como reguero de pólvora incidentes como el que relata Kasim Abas. El hombre se encuentra herido en el hospital de Hilla y muestra un cartón con inscripciones en inglés. Allí se lee "prisionero enemigo de guerra" (enemy prisoner of war), el número 0254991 e indicaciones para que se lo trate bien. Abas afirma que los soldados estadounidenses lo mantuvieron prisionero ocho días en la ciudad de Nasiriya. "Como soy civil, al final me dejaron libre en el desierto", afirma. Alrededor de Hilla, edificada junto a los restos de la histórica Babilonia, el seco del desierto se transforma en un paisaje verde con campos y palmeras. En el 1700 antes de Cristo gobernaba aquí el rey Hammurabi, que diseñó el primer código de leyes y bajo cuyo reinado se derrumbó la legendaria Torre de Babel. En este lugar histórico todo se prepara para la guerra. (DPA)
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