El representante de Unicef en Irak, Carel de Rooy, advirtió ayer en Madrid del riesgo de una hambruna a gran escala en Irak si se prolonga el conflicto y señaló que "los países de la coalición tienen una responsabilidad muy clara sobre los efectos humanitarios de esta guerra".
De Rooy visita Madrid en el marco de una gira por varios países europeos para advertir de la grave crisis humanitaria que amenaza a la infancia iraquí y solicitar a los gobiernos y la sociedad civil que aporten fondos de emergencia.
Tras recordar que la Unicef contó con diez millones de dólares para preparar a la población antes del estallido de la guerra, dijo que el organismo de las Naciones Unidas para la Infancia necesita 166 millones para hacer frente a la actual emergencia.
Agregó que las familias iraquíes han guardado alimentos para un mes y que, si la guerra se prolonga por más tiempo, el hambre tendrá "un impacto inmediato" sobre los menores de cinco años y las mujeres embarazadas. Muchos de los alimentos llegaban a Irak a través de un programa humanitario que permitía al país cambiar petróleo por alimentos y medicinas, que eran distribuidas entre la población. Pero a partir del comienzo de las acciones militares, el programa se suspendió.
De Rooy recordó que un millón de menores de cinco años sufren ya desnutrición grave, que la mortalidad infantil creció un 160 por ciento en la última década y que uno de cada ocho niños muere antes de alcanzar los cinco años.
Pelea en el gobierno de EEUU
Mientras las palabras de Unicef mostraban una de las facetas más espantosas de la guerra, una intensa batalla estalló entre el Pentágono y el departamento de Estado sobre el control de la ayuda humanitaria en el Irak de la posguerra. El principal conflicto se centra en quién será el encargado de los equipos de ayuda de emergencia (Dart), que dependen de la Agencia estadounidense para la Ayuda Internacional (Usaid), que administra el departamento de Estado. Los Dart coordinan los esfuerzos de las ONG en las situaciones de emergencia. Pero el Pentágono busca obtener una supervisión sobre ellos.
Este diferendo llevó al secretario de Estado, Colin Powell, a escribir una carta a su colega de Defensa, Donald Rumsfeld, para recordarle que los Dart responden a él a través de la Usaid. En esta carta, Powell explicó "de quién reciben las órdenes los Dart", declaró un responsable del departamento de Estado.
Un grupo de ONG, entre las que se cuentan Care, Save the Children y Refugees International, se opone al intento de toma de control de los Dart por parte del Pentágono. "Los profesionales de la ayuda de emergencia de Usaid y del departamento de Estado saben cómo dirigir mejor las operaciones de ayuda de emergencia, no los miembros de la jerarquía militar del Pentágono", declaró por su parte la presidenta de InterAction, Mary McClymont. (DPA y AFP)