Los responsables del geriátrico El Descanso SRL no dieron ayer señales de vida. No fue posible ubicarlos y tampoco nadie se asomó siquiera a la puerta cuando los familiares de otros pacientes concurrieron al lugar alertados por las radios que ya difundían el accidente protagonizado por la mujer de 83 años. "Apenas me enteré vine a ver qué pasó porque mi suegra está alojada acá", dijo una señora que insistió tocando timbre pero no fue atendida. La mujer quería hablar con los directivos del lugar pero debió regresar a su casa sin explicaciones. Lo propio ocurrió con los periodistas que llamaron a la puerta infructuosamente. Es más, desde adentro corrieron las cortinas y no respondieron incluso al cartero que debió dejar un sobre en el jardín. El geriátrico funciona en una antigua casona de un sector residencial del barrio Saladillo. El sitio está rodeado de rejas y se alza en medio de las plantas que decoran el parque que lo bordea. El barrio está rodeado de viviendas elegantes. En horas de la mañana los vecinos se preguntaban qué era lo que ocurría en el lugar al notar la presencia de los medios y de la policía.
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