Año CXXXVI
 Nº 49.799
Rosario,
martes  01 de
abril de 2003
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Análisis
Talamonti no siente jugar de 5
El Oveja está lejos de las bondades que reúne un volante central con oficio

Mauricio Tallone / La Capital

Central se dio un porrazo de esos que hacen ruido frente a Vélez en Liniers. Y por acto reflejo, el equipo de Russo no sólo exhibió el lado más oscuro de su funcionamiento en lo que va del Clausura sino que entregó la versión más acabada de que Leonardo Talamonti no está en condiciones de jugar como volante central.
Como ocurriera en el partido frente a Lanús por la 2ª fecha del torneo, el Oveja reemplazó a Daniel Quinteros en el mediocampo canalla y esta vez su obediencia no alcanzó para disimular la realidad futbolística: Leo no se siente cómodo en la posición que le inventaron. Por eso su aporte paradito delante de la línea defensiva se distanció de las bondades de un cinco con oficio y sentido de ubicuidad para resolver con autoridad las eventualidades que se suceden con frecuencia en ese sector neurálgico de la cancha. Por eso en apenas 45 minutos sucumbió ante la sensibilidad de los botines de Gracián, Centurión, Sena y compañía. Por eso a los 57 minutos debió abandonar la cancha por doble amonestación después de transitar como un autito chocador hacia los costados sin encontrar su rumbo en el segmento del campo que debía plantarse como un capataz.
Lo cierto es que detrás de una actuación que rayó el aplazo hay un pibe noble y cumplidor, que hasta por vergüenza diría que sí a una propuesta de jugar como reemplazante de Julio César Gaona en el arco canalla si el técnico de turno se lo pidiera.
Por eso estas líneas no pretenden caerle con dureza al jugador. Además por qué culparlo de algo que sus condiciones naturales no se lo permiten. Acaso cuál es el pecado de ser un correcto defensor. En el mundo del fútbol no todos pueden jugar de todo, y aquellos que en su momento lo hicieron y cumplieron para darle el gusto a sus entrenadores, al final terminaron jugando de nada.
Entonces, por la salud de la carrera de Leonardo Talamonti sería sugerible que se plante de una buena vez y se rebele a no jugar de lo que no sabe. Porque si llegó y se instaló en la primera de Central con la aureola de hijo con futuro promisorio lo hizo por sus buenos rendimientos como defensor central y no corriendo enloquecido a los volantes adversarios para que no se diviertan copándole la parada. Cualquier semejanza con el presente, revisar el video del domingo en Liniers.


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