Año CXXXVI
 Nº 49.798
Rosario,
lunes  31 de
marzo de 2003
Min 17º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






¿Dónde está la obra más cara del mundo?
Desde que el "Retrato del Dr. Gachet" fue comprada en 82,5 millones de dólares en 1990 nadie más la vio en público

Casi ninguna otra pintura de Vincent van Gogh ofrece al mundo del arte un misterio mayor que el "Retrato del Dr. Gachet". En 1990, cien años después de su creación, el industrial japonés Ryoei Saito la adquirió en subasta por 82,5 millones de dólares en sólo tres minutos. Hasta el día de hoy, esta es la cifra más alta pagada jamás por una obra de arte. Pero desde aquella adquisición en Nueva York, la obra nunca más fue vista en público.
Cuando Van Gogh pintó a su doctor, Paul Ferdinand Gachet, en Auvers-sur-Oise, cerca de París, pocas semanas antes de su suicidio el 29 de julio de 1890, no podía intuir que la historia de ese cuadro alguna vez se convertiría en un verdadero cuento policial. Trata de la pasión entre los coleccionistas, de la codicia y de la comercialización del arte.
La obra cambió 13 veces de propietario. Banqueros, marchantes de arte de todo el mundo, nazis y emigrantes judíos participaron en la compra y venta de la obra. Luego de que Saito, presidente honorario del consorcio papelero japonés Dai Showa, fallecido en 1996, adquiriera la obra, aparentemente dijo: "Pongan el cuadro en mi ataúd cuando me muera". Pero nadie cree que eso haya sucedido.
"El señor Saito compró el cuadro para hacer dinero con él", opinó el crítico de arte japonés Shinichi Segi. De hecho, el "Retrato del Dr. Gachet" se convirtió como ningún otro cuadro en símbolo del boom en el mercado del arte, que se vivió en Japón durante la fase especulativa financiada por créditos a fines de los 80.
Los japoneses compraban entonces en todo el mundo, en la cima de la "burbuja económica", las obras más codiciadas así como los inmuebles más atractivos y los hoteles más prestigiosos. Casi nunca mostraban las valiosas obras públicamente, explicó Segi. Sólo su geisha las podía ver. A principios de los 90, explotó la burbuja especulativa. "Todo aquel que podía soportar la pérdida, vendió sus cuadros", agregó. Otros los empeñaron. Pero de "Gachet" no hay noticias desde que su propietario japonés Saito fuera condenado en 1995 por un escándalo de sobornos y muriera un año después.


Notas relacionadas
En el 150º aniversario de Van Gogh, las leyendas dejan lugar a la pintura
Festejo
Diario La Capital todos los derechos reservados