El presidente iraquí Saddam Hussein, tras una semana de combates, ha sobrevivido a los rumores que lo daban por muerto o herido, exhortando a su pueblo a defenderse y concentrando sus tropas escogidas para tratar de resistir al asalto final de la coalición anglo-norteamericana contra Bagdad. Los golpes asestados por las tropas enemigas han despertado un vigoroso sentimiento nacionalista y reafirmado la resistencia en el sur de Irak, sorprendiendo a norteamericanos y británicos, que esperaban por el contrario una acogida favorable. "Se acerca la victoria", aseguró Saddam el lunes a su pueblo en un mensaje televisivo. Sin embargo, el temible avance de las columnas blindadas, el intenso bombardeo y la superioridad tecnológica de la maquinaria de guerra de la coalición son un mal augurio para el futuro del dirigente iraquí, que tiene 65 años. (AFP)
| |