Año CXXXVI
 Nº 49.794
Rosario,
jueves  27 de
marzo de 2003
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Guerra en el Golfo. La resistencia aumenta a pesar de los bombardeos masivos
Un final que parece cada vez más lejano
"Estamos mucho más cerca del inicio que del fin", reconoció el secretario de Defensa de Estados Unidos

El fracaso en dar un golpe mortal a Saddam Hussein y el temor a las bajas que pueda dejar el asalto a Bagdad mellan las expectativas de una guerra corta y fácil en Irak. "Estamos mucho más cerca del inicio que del fin" de la guerra, admitió el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld.
A pesar de los bombardeos masivos, el régimen iraquí permanece de pie y las fuerzas estadounidenses que continúan su marcha hacia Bagdad se toparán dentro de poco con el anillo de acero que la protege: la Guardia Republicana iraquí.
En Washington como en el Golfo, el presidente George W. Bush y los responsables militares de la coalición se mantienen confiados y minimizan las bajas en las filas estadounidenses -una veintena-, el número de prisioneros y los gruesos errores de fuego que costaron la vida a militares propios y civiles.
La 3ª División de Infantería está a menos de 100 kilómetros al sur de Bagdad, la 101ª aerotransportada se aproxima por el suroeste y los Marines por el este. "Menos de una semana" después del inicio de la invasión "estamos en camino hacia Bagdad", se congratuló el jefe del Estado Mayor conjunto estadounidense, el general Richard Myers.
Los estadounidenses, con unos 250 mil efectivos en la región apoyados por 45 mil soldados británicos, detentan el control aéreo, en tanto un segundo frente terrestre se abre desde el norte.
Al decidir hacer un rodeo a las ciudades sin ingresar en ellas, las tropas estadounidenses favorecieron el movimiento rápido hacia la capital iraquí, pero se arriesgaron a hacer más vulnerables sus espaldas con la amenaza de la guerrilla.
Del lado iraquí resulta difícil estimar el número de bajas. Según el Pentágono, los combates cerca de Najaf (centro) dejaron entre 150 y 500 muertos en las filas iraquíes, un balance que arroja una luz sobre la magnitud de la resistencia iraquí y preanuncia las dificultades que sobrevendrán cuando comiencen los combates urbanos.
Estados Unidos aseguró haber tomado prisioneros a más de 3.500 soldados iraquíes.
Poco después del comienzo de la guerra el 20 de marzo, las imágenes de muertos y prisioneros estadounidenses exhibidas por la televisión iraquí, pusieron a prueba la opinión pública de Estados Unidos y la determinación de la administración Bush que juró aniquilar al régimen de Saddam Hussein.
Gracias a una campaña de información bien organizada, el apoyo a la guerra no resultó erosionado, incluso si el número de estadounidenses que opinan que el conflicto "marcha muy bien" se reduce día a día.
El objetivo oficial de la guerra, desarmar a Irak de sus supuestas armas de destrucción masiva, no se tradujo hasta el momento en el descubrimiento de ningún arsenal químico o biológico. La operación "Libertad de Irak" tampoco obtuvo una recepción gloriosa de las fuerzas de la coalición por parte de la población iraquí como algunos esperaban.
Los militares aliados tomaron rápidamente el control de los pozos petroleros y menos de una decena de ellos resultó saboteado. Misiles iraquíes cayeron en Kuwait, pero ninguno sobre Israel, blanco predilecto iraquí durante la Guerra del Golfo de 1991.
Pero el drama que viven los civiles se agrava. Según las organizaciones humanitarias, alrededor de 1,2 millón de habitantes en Basora sufren la falta de suministro de agua y los acecha el peligro de hambruna y epidemias.
Mientras aguarda que los disparos se acallen, la diplomacia permanece paralizada. Naciones Unidas no se sobrepuso aún de las divisiones surgidas en el seno del Consejo de Seguridad y su voz acerca del sufrimiento de los civiles en Irak apenas se levanta.
Sin apoyo internacional a su guerra, el presidente George W. Bush, sufrió el revés de Turquía, que le negó el permiso para que sus tropas transiten por territorio turco en su paso invasor. Sobre Rusia pesa la acusación, desmentida por Moscú, de haber provisto de armas y equipos de guerra al régimen de Saddam Hussein. (AFP)



Una paloma junto a un soldado británico en Irak.
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