Una buena alimentación mejora la calidad de vida de las personas que conviven con el VIH. Una dieta adecuada para ellos debería tener alrededor de un 11 a un 29% más de calorías que lo habitual, según sea asintomático o esté afectado de enfermedades oportunistas. Algunos nutrientes refuerzan el sistema inmunitario, y los hace más fuertes para enfrentar las complicaciones provocadas por la enfermedad. Antes del surgimiento de la terapia antirretroviral (combinación de drogas que hoy logra controlar el virus), los afectados fallecían por desnutrición severa o sindrome de Wasting (pérdida del peso corporal, fiebre y diarrea).
Hoy la desnutrición ha dejado de ser un problema en pacientes con acceso a las drogas antirretrovirales, quienes sí sufren algunos de los efectos indeseables de los fármacos, como la acumulación de grasas y la alteración en la regulación del metabolismo de la glucosa.
La doctora Jaquelina Giagnorio, médica clínica especializada en nutrición, dijo a La Capital que "si bien una adecuada alimentación no es una varita mágica, ayuda a los pacientes a tolerar mejor el tratamiento y prevenir las enfermedades oportunistas (producto de la falta de defensas inmunitarias a causa del virus)". Por ello, aconsejó a los enfermos "comer mucho más para contrarrestar la pérdida de peso, a pesar de la falta de apetito que los afecta".
Según opinó, una dieta correcta para los infectados debería tener mayor aporte calórico y de proteínas que lo habitual. Una persona sin la enfermedad requiere de un 15% de proteínas, mientras que los afectados necesitan entre un 20% y 30%", dijo la especialista. Las proteínas están en las carnes, pescados, claras de huevo, frutos secos, todos los lácteos y sus derivados.
Otros alimentos recomendados son los que contienen ácidos grasos Omega 3, como el pescado de mar, mientras que las hierbas y especias pueden abrir un apetito desganado o mejorar la digestión.
"Cuando los pacientes pierden mucho peso o no llegan a consumir las vitaminas que necesitan con los alimentos que ingieren, se les agregan suplementos vitamínicos y minerales", agregó Giagnorio.
Plan nutricional
El sida tiene un efecto devastador sobre el estado nutricional de los pacientes, en razón de que: \* reduce la absorción de nutrientes \* disminuye el apetito \* el metabolismo se trastorna \* los músculos, órganos y otros tejidos se deterioran \* las infecciones secundarias y otras enfermedades demandan mayor cantidad de energía y de nutrientes \* las necesidades de vitaminas y minerales aumentan \Si bien existen pautas generales de alimentación para las personas con VIH, cada uno requiere un plan nutricional específico, aclaró Giagnorio. "Antes de elaborar un plan individual, es necesario realizar un examen físico, después averiguar qué come, y en qué horarios toma las pastillas, ya que cada medicamento (de la terapia antirretroviral) es diferente". Algunos deben tomarse en ayunas, otros con las comidas y otros con alimentos sin grasas.
Previo al surgimiento de la terapia antirretroviral, que hoy logra controlar el virus, los afectados padecían trastornos gastrointestinales (como la diarrea), que asociados a la falta de apetito derivaban en una severa pérdida de la masa muscular. "La magnitud de la pérdida de masa magra se relaciona indirectamente con el tiempo de sobrevida. Con la pérdida de un 10% de la masa corporal aumenta en un 8,5% el riesgo de mortalidad", subrayó.
A partir del •97 con los antirretrovirales, la desnutrición dejó de ser un problema", pero apareció el sindrome derivado de los efectos indeseables de la medicación (lipodistrofia), que provoca alteraciones en la distribución de la grasa corporal, glucemia y aumento del colesterol. "Ahora no adelgazan, por el contrario, aumentan de peso. Es común que se les forme panza, las mujeres suelen acumular grasa en las mamas y pierden masa grasa en la cola y las extremidades", explicó.
Si bien no es frecuente, la especialista aclaró que algunos pacientes se desnutren a lo largo de la enfermedad. "Son los que hacen resistencia a los nuevos tratamientos", apuntó.
"La nutrición equilibrada puede ayudar a las personas que conviven con el VIH a tener una mejor calidad de vida, reducir la incidencia de complicaciones e inclusive, en algunos casos, puede retardar la progresión de la enfermedad", concluyó la especialista.