La entrevista transcurrió en Dorrego y la costanera. Claro que el inicio del diálogo debió esperar unos minutos porque Russo fue abordado por los canallas y tuvo que firmar varios autógrafos. A la distancia, un niño de no más de 6 años lo miraba al técnico con servilleta y birome en mano. Pero no se animaba a acercarse a pesar de la insistencia de su padre. El DT lo divisó y con una amplia sonrisa le dijo al chico: "Vení ahora campeón, vamos, no tengas vergüenza". El chiquilín picó con una alegría inmensa y no podía creer lo que estaba viviendo. "Me llamo Isidro", dijo tímidamente antes de salir corriendo para mostrarle a su madre el trofeo de papel. El papá de Isidro se acercó y le agradeció el gestó a Russo: "Gracias Miguel, pero así es Rosario". A lo que el entrenador respondió: "Gracias a Dios que Rosario es así".
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