Russo conversó con los jugadores luego del clásico y les hizo saber la conveniencia de trasladarse a partir de mañana a Tandil para realizar una especie de retiro canalla en la localidad bonaerense, que les permita trabajar juntos y en silencio de cara al partido con Vélez, el que marcará el inicio del segundo tercio del Clausura. "Esto está dentro de la planificación, que si bien lo tenía en mente recién lo conversé después del clásico con los jugadores. Pero habrá que ver si se dan las condiciones, porque el viaje de ida debería ser en avión porque no tenemos mucho tiempo". -¿Cuál es el beneficio de este viaje? -Es importante estar alejados un poco y estar juntos algunos días para encarar esta segunda etapa que será casi decisiva. Pero si no se dan las condiciones que pretendo no hay problemas, no nos movemos y nos quedamos trabajando acá. Esto es muy simple, busco lo mejor para el plantel, pero si no se puede no hay drama, seguimos como hasta ahora y listo. -Es inevitable preguntarte si esto lo hacés para ejercer un mejor control sobre los jugadores y evitar que se relajen. -Tu pregunta me cae como anillo al dedo para descartar de plano esa posibilidad, porque si fuera por eso pensaría que no tengo un plantel maduro, y estoy convencido de que los muchachos están compenetrados con el objetivo y mantienen un comportamiento ejemplar. Este viaje a Tandil es sólo para tener un tiempo y espacio juntos que nos permita mayor dedicación. Pero tampoco esto es determinante, por eso digo que si se logra bien y sino seguiremos en la ciudad. Tampoco es cuestión de hacer una película con Tandil. -¿Este viaje no será también para comenzar a trabajar con los jugadores con otro objetivo mayor que trascienda el promedio? -Y por qué no. Prepararnos para eso no está mal. Al contrario, está bárbaro. Desde el momento que quiero mejorar lo que hicimos hasta ahora te estoy admitiendo de que hay otra objetivo posible. Pero lo hago con los pies bien puestos sobre la tierra. Porque primero hay que dar un paso fundamental, que es el promedio. Y me parece oportuno fortalecernos como grupo para llegar a esa meta y también estar maduros para una eventual meta superior, porque lo peor que puedo hacer es quedarme de brazos cruzados esperando que las cosas ocurran y correr el riesgo de no estar listo para esa ocasión. Es probable que me quiera adelantar, por eso quiero trabajar sobre bases sólidas. -¿Te gustaría tener el desafío de jugar una copa internacional con Central? -Con Central tenés un desafío todos los domingos. Terminás una cosa y enseguida empezás otra, porque Central tiene una dinámica por la que no descanso. No te podés relajar y hay que sacar muchos puntos. Si con 35 puntos te salvás de la promoción, seguro que jugás una copa. Y si sumaste esa cantidad y todavía te quedan cuatro o tres fechas, no sabés hasta dónde podés llegar. Pero esto es hipotético, hoy la realidad es el partido con Vélez y de eso no me mueve nadie.
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