Pablo F. Mihal / Ovación
Salta (enviado especial).- Fue un partido durísimo. Donde cualquier error podía ser letal. Por eso, sin mucho margen pero con total justicia, el seleccionado de rugby de Rosario venció al de Salta por 23 a 18, logrando de esta manera llegar a la última fecha con posibilidades de lograr el título contra Buenos Aires, en lo que será una verdadera final del Argentino.
Rosario arrancó muy bien, ganándole -increiblemente- la primera pulseada en el scrum a los Mayuatos y sometiéndolos a una presión que sorprendió al dueño de casa. Los primeros minutos fueron de estudio. Y Salta también mostro lo suyo. Usó bien los espacios vacíos e intentó quebrar a una defensa que volvió mostrar la solidez de otras tardes. Tal fue así que, a los 10', los 2 equipos habían merodeado los respectivos ingoales rivales, aunque fallaban en la puntada final.
Alberto Di Bernardo abrió la cuenta a través de un penal. Rosario se ponía al frente, comenzaba a insinuar mucho más que el local y siguió explorando en el terreno contrario.
Con la pelota en su poder, los dirigidos por Imhoff y Minoldo mostraron su peligrosidad y a los 15' llegaron al primer try de la tarde que enmudeció a los más de 3 mil espectadores que se acercaron a la cancha del Jockey Club salteño. Alejo Fradua cortó la línea de ventaja y arrancó una seguidilla de pases que terminó en el try rosarino. Simón Boffelli se convirtió en el verdugo y Bosch, Nannini y Fradua, en sus cómplices.
En la otra vereda, Salta intentaba atacar pero lo hacía en forma desordenada. Estratégicamente, Rosario le manejaba el partido, tenía el dominio territorial y un mejor trabajo de equipo. Tanto fue así que la única forma que tuvo Salta de salir del encierro fue a través del pie de su fullback.
El parcial se cerró favorable para Rosario 16 a 7. Pero en el complemento las cosas no serían iguales.
Salta salió dispuesto a llevarse a la visita por delante, a hacer valer su localía. Rosario ya no tenía tantas pelotas como en el primer tiempo y el panorama se le complicó. El fantasma de lo que había ocurrido en Mendoza parecía instalarse nuevamente. Y aprovechando bien los espacios, con buen control de pelota y la presión de la gente, el local llegó a ponerse al frente en el marcador cuando todavía faltaban jugar 20 minutos.
Rosario seguía sin encontrar su norte, intentaba pero no podía. Salta se hacía un hueso cada vez más duro de roer. Y a medida que pasaban los minutos, el nerviosismo también empezó a jugar sus cartas. Recién a los 25', cuando Farré llegó al try, los rosarinos respiraron aliviados. Solo un poco.
El try puso a Rosario nuevamente arriba en el marcador, pero la diferencia radicó en que esta vez el triunfo no se le escapó, más allá de los enormes esfuerzos del local que nunca bajó los brazos. Lo que magnificó aún más la meritoria victoria rosarina en tierras salteñas.
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La Ciudad
