Brasilia. - Con quema de banderas estadounidenses, huevazos contra sus sedes diplomáticas y filosas ironías sobre el presidente George W. Bush, muchos latinoamericanos expresaron su rechazo a la guerra, en una región en la que el conflicto militar parece haber revivido un viejo recelo antinorteamericano. Piedrazos, desnudos, llamados a boicotear a la Coca Cola y las hamburguesas de McDonald's y hasta aplausos a diplomáticos iraquíes, marcaron el tono de las protestas que durante la semana se repitieron por las principales capitales de la región.
"!Yanquis asesinos!", gritaban cientos de estudiantes que marcharon el viernes en Brasilia a la embajada de EEUU a protestar contra la guerra. Huevazos y piedras cayeron contra la fuertemente custodiada sede diplomática, en la que el martes grupos de gays y lesbianas marcharon para oponerse a la guerra. "!Genocida!, !Dictador!", clamaron contra Bush en Buenos Aires y en San Pablo, donde el conflicto ocupa las portadas de los periódicos, la atención de la televisión y es el principal tema de conversación en la calle. Las radios argentinas, por ejemplo, se han atestado de mensajes de oyentes criticando a Bush, y en Chile programas televisivos se han llenado de militares expertos en estrategia para explicar paso a paso lo que ocurre con la guerra.
Hasta en el canal chileno más importante, el programa del tiempo analiza el clima en Irak, algo impensable pocos días atrás. "A nosotros nos parece una barbaridad lo que está pasando, es como volver a la época de los nazis", dijo el escultor peruano Víctor Delfín en una manifestación frente a la residencia del embajador estadounidense en Lima.
Guerra a las hamburguesas
La "fiebre" antiestadounidense, esparcida por una región que presenció el apoyo de EEUU a las crueles dictaduras que la gobernaron hasta hace pocos años, llegó también a instituciones y medios de comunicación. Unos treinta legisladores brasileños recibieron el jueves con aplausos en el Congreso al embajador de Irak en el país, con llamados a la población para que deje de consumir Coca Cola y hamburguesas de McDonald's.
En San Pablo, unos 2.000 pacifistas se concentraron el viernes en una de las principales avenidas de la ciudad al grito de "!Basta de bombas, basta de ataques, fuera el imperialismo de Irak!". Las mismas escenas, que en algunos casos derivaron en enfrentamientos con la policía, se vieron en Buenos Aires, Santiago, Lima, México y Quito.
En Chile, las protestas contra la guerra comenzaron hace tres semanas, cuando unas 300 personas se desnudaron en el centro de Santiago calificando a Bush de criminal. El viernes, un centenar de niños entregó una carta al mandatario Ricardo Lagos pidiéndole ayuda para detener la acción bélica contra "los niños de Irak".
Manifestantes peruanos, mostrando pancartas de Bush con dientes de drácula, cuerpo de serpiente y boca ensangrentada, marcharon el jueves en Lima hasta la residencia del embajador estadounidense, John Dawson. El jueves, también, manifestantes argentinos se enfrentaron con la policía durante una protesta contra la guerra en las inmediaciones de la embajada de EEUU en Buenos Aires.
En Quito, la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a cientos de estudiantes que protestaban en las puertas de la embajada de EEUU en Ecuador.
En la Ciudad de México, el viernes, unos 400 campesinos marcharon desde el Zócalo, la plaza principal de la capital, a la embajada estadounidense, con leyendas contra la guerra y por la paz. El miércoles y jueves, cientos de manifestantes mexicanos, en su mayoría estudiantes, declararon su rechazo a la guerra en protestas pacíficas frente a la sede diplomática.
En Venezuela y Colombia, en tanto, el conflicto en el golfo Pérsico sirvió para echar más combustible a las disputas internas. (Reuters)