La primera batalla de la guerra de las ferias llegó a su fin. Con Expochacra y Feriagro en la historia, en los cuarteles de Exposium y Ferias y Congresos todos cantan victoria. Ambas muestras reunieron entre 400 y 500 expositores e informaron que superaron las 100 mil visitas en los días de exposición. Las dos organizaciones resaltaron los alcances nacional e internacional de cada una de las muestras y ya trabajan en la edición 2004. Respecto de la posibilidad de acuerdos, alianzas o algún tipo de complementación, no lo descartan pero aclaran que hasta ahorA no ha habido ningún contacto que apunte en ese sentido. El choque de las dos megamuestras se convirtió en la comidilla de la comunidad de negocios agropecuaria en los últimos meses. Finalmente sucedió, en marzo, con la realización de dos exposiciones con una semana de diferencia en dos lugares próximos. Nadie se da como perdedor y, en el marco de un momento muy particular, con el renacimiento de la industria de la maquinaria agrícola, las dos pueden exhibir una importante actividad en materia de negocios. La duda es si esta situación se mantendrá el año que viene. "La evaluación en cuanto a cantidad puede dar hasta un panorama equilibrado y se puede llegar a concluir que hay lugar para dos ferias pero falta la evaluación que hace el expositor, si una empresa de maquinaria agrícola que participó de las dos muestras vendió un millón de pesos en una y 300 mil pesos en otra, lo que tendrá que sopesar es cuánto le costó participar en cada una", señaló un veterano organizador de ferias de la región. De hecho, buena parte de las empresas de maquinaria agrícola, las vedette del momento, estuvieron presentes en María Teresa y Junín. En el debe y el haber de estos expositores se balancean los servicios ofrecidos por cada organizador, la estética y la calidad de cada muestra. Pero la mayoría coincide que la febril actividad en la que entraron los negocios agropecuarios se puso en evidencia en las dos exposiciones. Distinto fue el caso de los proveedores de insumos, que como sector fue la a saga de los implementos en el inicio del año feriático. Esto tiene que ver con la evolución particular del sector que, si bien cerró el año 2002 con un muy buen nivel de ventas, sintió el impacto de las pérdidas que reflejaron sus balances por la devaluación y el desgaste de la pelea por la dolarización de las deudas con los productores. En ese contexto, muchas compañías multinacionales, que definen sus presupuestos en acuerdo con las casas matrices y con mucha antelación, llegaron a marzo con la decisión ya tomada de no participar en muestras. "A pesar de que tuvimos a las tres primeras empresas del mercado, es verdad que durante el año hubo un montón de interrogantes que muchas empresas no supieron evacuarlos, fue un año que empezó mal y terminó bien pero para este tipo de actividades muchas ya habían cerrado su presupuesto", señaló Alejandro Clot, gerente técnico de Feriagro, quien confió que "por comentarios que han llegado algunas firmas que por alguna razón no estuvieron en la muestra hoy se arrepienten muchísimo". La retracción de los proveedores de insumos tuvo un efecto interesante porque le abrió cancha a un mayor protagonismo a los stands institucionales. Para los expositores, la participación en ambas exposiciones fue un intríngulis difícil de resolver. De allí que el trabajo sobre las empresas comenzó sobre el cierre mismo de cada exposición. Encuestas, diagnósticos y reuniones varias dominarán la tarea de los organizadores en los próximos meses en busca de cerrar acuerdos para las próximas ediciones. Tanto Edmundo Tombeur, director de Expochacra, como Clot, eligieron bajar el perfil público de la pelea. Prefirieron enfatizar que en, sus respectivos casos, los resultados previstos se habían alcanzado. Sobre todo en un segmento muy dinámico que viene ampliando su oferta aceleradamente. En pocos meses más vendrá Agroactiva, una muestra que ha crecido especializándose en los fierros, las rurales, algunas de las cuales se convirtieron en referentes nacionales, las jornadas de Aapresid, que este año apuesta a regionalizar "Un productor en acción" y, por otro lado, la proliferación de jornadas organizadas por las propias empresas, como el caso de Monsanto, Nidera y Syngenta. "Con un costo igual al de participar de una megamuestra, tenemos a los productores para nosotros solos", comentó el responsable regional de una importante multinacional del sector semillero. Tanto para Tombeur como para Clot, el panorama no es tan así. "La tendencia a que las empresas organicen sus propias expos existe y por eso se introdujo la mecánica de las parcelas demostrativas personalizadas pero de todos modos, esto no quita que haya un momento en el año en que la oferta se junte en una muestra, se pueden complementar las actividades ". Para Clot, "las jornadas a campo no son nada nuevo en el mercado y hasta ahora no le quitaron público a la megamuestra, no hay que olvidar que si bien para las empresas cuentan con la ventaja de la exclusividad, para la los productores la legitimidad de la oferta se mide en las muestras grandes, donde puede comparar y elegir". A.T.
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