Alejandro Cachari / Ovación
Entre Ríos bien al norte. Bar con vista al río. Petaco Carbonari llega más descansado. El Pájaro Domizi viene del entrenamiento. Se saludan, se abrazan. Son amigos. Comparten representante. Además, la hora de mirarse con cara de perro aún no llegó. Será exactamente a las cuatro y media de la tarde de hoy. Antes, todo bien. Almuerzan juntos. Horacio se devora unos ravioles con salsa mixta, mientras Cristián se ocupa de una porción de pollo a la planta con una discreta ensalada de lechuga y tomate. Faltan pocas horas para el partido más importante y asombra la camaradería que existe entre los comensales. Más allá de la buena relación que exista están a punto de ser rivales. Pero después de andar tanto por el fútbol conocen al dedillo las reglas del juego. La cosa será adentro de la cancha. Allí no existirán los abrazos, quizás, y apenas, un tímido deseo de suerte. Sólo eso. Se entiende, lógico. El triunfo de uno será la derrota del otro. "No hablamos mucho, pero está todo bien", sugiere Petaco antes que el Pájaro acote que "tenemos la suerte de tener el mismo representante. El defiende sus colores y yo los míos. Pero todo pasa en 90 minutos. Nos podemos sentar a tomar algo, a charlar. Pero eso se termina cuando empieza el partido". Carbonari asiente y agrega: "Es muy lindo jugar un clásico. Hay emoción, nervios, calentura y un entorno espectacular". -¿Es un clásico con diferente grado de importancia para cada uno de los equipos? -En los clásicos no tiene importancia la tabla de posiciones. Los números dicen una cosa, pero el desarrollo del partido es totalmente diferente. Si nosotros ganamos podemos empezar a ver el campeonato de otra manera. (Domizi) -Nosotros tenemos el problema del descenso y la obligación de ganar porque jugamos en casa. Sea cual sea el rival. Sea Newell's, River o Chacarita. La necesidad está y tenemos que aprovechar la localía para sumar de a tres. Por eso vamos a salir a buscar el partido. De todas maneras, el triunfo les viene bárbaro a los dos porque es una gran ayuda anímica. (Carbonari) -¿Serían capaces de prometer que van a hacer todo lo posible por no empatar? -En el último clásico se decía lo mismo. Mucha gente se queja porque hay muchos empates. Pero todo depende de cómo se desarrolle el juego. Si vamos ganando, tenemos dos hombres de más y nos empatan es un mal resultado. Si pasa al revés es un triunfo. Las circunstancias hacen que te convenga o no el empate. Nosotros vamos a ir a buscar los tres puntos. Creo que ellos van a hacer lo mismo. La cuestión es que hagamos un buen trabajo en la recuperación y a la hora de tener la pelota darle buena circulación para que no la tenga Central. (Domizi) -El tema del empate se habla siempre pero no tiene mucho sentido. Hay que saber manejar el partido. Hay que ver quién hace el primer gol, si pasa esto, si pasa aquello, si expulsan a algún jugador. Hay situaciones que te condicionan. Por ahí jugás mal y con un empate te vas contento. Es cierto que uno nunca quiere perder un clásico, pero también queremos ganarlo. El empate es uno de los tres resultados posibles y nada más. (Carbonari) -¿Es difícil ir fuerte y ser leal a la vez en un partido de estas características? -Desde que tengo uso de razón no recuerdo ningún jugador de Central o de Newell's que se haya ido de la cancha lesionado de gravedad por una infracción de mala fe. Mirá que vi muchos y jugué varios. Puede haber un desgarro, un esguince, pero a eso estamos expuestos en cualquier partido, no sólo en el clásico. No creo que haya mala fe. En el último perdíamos contundentemente y nadie pegó una patada. (Domizi) -Es obvio que por lo que significa el partido, por el entorno, por la gente se juega más fuerte. De ahí a la mala leche hay mucha distancia y eso los jugadores lo sabemos perfectamente. En ese tema es muy importante el árbitro y Baldassi es bueno. Pero no creo en la mala leche dentro de un partido de fútbol. (Carbonari)
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