Todos los inspectores de desarme de la ONU abandonaron Bagdad ayer por la mañana en un avión con destino a Chipre. Los 56 inspectores y alrededor de 80 miembros del personal de apoyo salieron a bordo de un Boeing 727 con los colores de las Naciones Unidas. El personal de las agencias humanitarias de la ONU siguió sus pasos en un Hércules C 130. La evacuación de los inspectores de desarme y del personal humanitario de las Naciones Unidas fue anunciada el lunes por la noche por el secretario general de la ONU Kofi Annan. Durante 111 días, los inspectores revisaron instalaciones industriales y científicas, tomaron y analizaron pruebas, marcaron y precintaron misiles, estudiaron y evaluaron documentos. Su tarea era descubrir si Irak seguía poseyendo armas de destrucción masiva y si las desarrollaba y fabricaba. A diferencia de la misión de inspectores anterior Unscom, cuya tarea fue obstaculizada por las autoridades iraquíes entre 1991 y 1998, esta vez los inspectores de armas tuvieron un acceso completamente irrestricto a todos los objetivos que querían registrar, incluso a uno de los palacios del presidente iraquí, Saddam Hussein. Sin embargo, en el Consejo de Seguridad había opiniones divididas sobre si Irak realmente estaba actuando de manera activa para aprovechar esta "última posibilidad para el desarme" que abría la resolución 1.441 con las inspecciones. Bagdad dudó largo tiempo en entregar documentos sobre las existencias de armas químicas y biológicas que aparentemente habían sido destruidas y en permitir entrevistas fiables de los inspectores con los científicos iraquíes.
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