Año CXXXVI
 Nº 49.786
Rosario,
miércoles  19 de
marzo de 2003
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Aznar paga con aislamiento su alianza con Bush

Sara Barderas

Madrid. - El presidente José María Aznar quiere que España salga del "rincón de la historia" y se convierta en uno de los actores importantes en la política internacional. El conflicto de Irak le dio la oportunidad. Pero su decisión de ir de la mano de George W. Bush lo divorció de casi todos. En la Unión Europea se encuentra en el bando contrario al de dos de sus miembros más poderosos: Francia y Alemania. En España, la oposición ratificó nuevamente el rechazo a su política internacional. Izquierda Unida (IU) llegó a pedir su dimisión por haber permitido la violación de la ley internacional.
Ni un solo intelectual español alzó la voz en favor del presidente. Al contrario, el mundo de la cultura impulsó protestas contra el Ejecutivo. Y los ciudadanos en masa, salieron a la calle exigiendole una rectificación. Pero Aznar no está dispuesto a ello. Defenderá sus convicciones "aunque sea al precio de perder las elecciones", señalaba ayer una fuente gubernamental. Y puede que vaya camino de ello.
Los españoles pierden la confianza en el Ejecutivo y le retiran su apoyo. Más del 80% se opone a la guerra a la que el presidente español no enviará tropas de ataque pero sí de apoyo logístico y humanitario, según informó el propio Aznar ayer en el Congreso de los Diputados. "Nadie nos votaría si echáramos marcha atrás", aseguró el mandatario recientemente. Pero cientos de miles de personas se lo exigieron el 15 de febrero en la primera manifestación contra la guerra y muchos volvieron a hacerlo el pasado sábado.
"También cientos de miles de personas aclamaron en 1938 en Londres al primer ministro Chamberlain y en París a Daladier porque no declararon la guerra a Hitler cuando se anexionó los Sudetes", defendía el propio Aznar recientemente. Este tipo de argumentos no parece servir, sin embargo, en el plano electoral. Según las encuestas, algo más del 73% de los votantes del gobernante Partido Popular (PP) dicen también "no a la guerra".
Dentro de poco más de dos meses -el 25 de mayo- el partido de Aznar se enfrenta a su primera prueba de fuego: elecciones autonómicas en todas las regiones, excepto Galicia, País Vasco y Cataluña, y comicios municipales en todo el país. Serán un anticipo de las generales, previstas para la primavera del próximo año. Pero en ellas, Aznar ya no concurrirá porque se retira de la vida política activa.
"No sé en qué grado le preocupa la reelección. Pero creo que debería presentarse y no dejarle a nadie la faena que está dejando", reflexionó recientemente el ex presidente de gobierno Felipe González. El PP lo pasará "mal" en el próximo ciclo electoral, vaticinó. De momento, el partido conservador no discrepa de las tesis defendidas por Aznar y cerró filas en torno a su líder en varias ocasiones.
"España no puede quedarse sentada en un rincón de la historia", se defiende Aznar. El presidente ha devuelto a España al "rincón del que nos salimos cuando murió el dictador Francisco Franco, ese rincón de la dependencia, de la sumisión y de la pérdida de autonomía", opinó González. (DPA)


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