Washington y Bagdad. - Irak entró anoche en pie de guerra, cuando el gobierno emitió un decreto para dividir al país en cuatro distritos militares bajo el mando del presidente Saddam Hussein. Horas antes, el presidente George W. Bush preparaba al pueblo estadounidense para la guerra, en un discurso previo a la cumbre de hoy con Gran Bretaña y España en las islas Azores. Como contrapartida, las naciones opositoras a la guerra (Francia, Rusia y Alemania) presentaron una nueva iniciativa de paz.
En Irak, "el Consejo de Mando Revolucionario emitió un decreto que forma cuatro liderazgos regional es bajo el presidente Saddam Hussein para dar los pasos necesarios a fin de repeler y destruir cualquier agresión extranjera", dijo la estatal Agencia de Noticias Iraquí (INA). El decreto número 61 divide a Irak en cuatro distritos: norte, sur, centro, y Bagdad y otras áreas del norte, incluyendo Tikrit. También nombra al hijo mayor de Saddam, Qusay, supervisor de la Guardia Revolucionaria, a cargo de Bagdad y algunas otras áreas centrales.
El decreto indicó que cada jefe militar tendrá bajo su mando varias divisiones de las fuerzas armadas y ramas de la milicia del gobernante partido Baath. El documento indicó que la fuerza aérea, unidades de la defensa aérea y de misiles superficie a superficie permanecerían bajo el mando directo de Hussein.
Se vence el ultimátum
De acuerdo con una propuesta de resolución impulsada por EEUU, Gran Bretaña y España en el Consejo de Seguridad de la ONU, Irak tiene plazo para desarmarse hasta el 17 de marzo (mañana), o en caso contrario enfrentar la guerra. Los líderes de estas naciones partidarias de una postura bélica se reunirán hoy en las Azores. De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU ha optado por congelar las negociaciones hasta el desenlace de la reunión.
Pero ante la gravedad de la situación, Francia, Rusia y Alemania han pedido la convocatoria de una "reunión de urgencia" de ministros de Exteriores en el Consejo de Seguridad de la ONU, para establecer un "calendario muy preciso" sobre el desarme de Irak. Poco antes, Bagdad había invitado a los jefes de inspectores, Hans Blix y Mohamed El Baradei, a viajar al país "lo antes posible". Los inspectores consultarán mañana al Consejo si van a Irak o no.
En la cumbre entre los líderes belicistas en las islas Azores se jugarán hoy "todas las últimas opciones diplomáticas" para resolver la crisis iraquí, según las palabras de la Casa Blanca. Aunque Ari Fleischer, portavoz del presidente Bush aseguró hasta el cansancio que "no se trata de una cumbre de guerra", la certeza de que el conflicto armado es inminente reina tanto en EEUU como en el resto del mundo.
En un discurso a la nación, Bush recalcó que había pocas esperanzas de que Saddam acceda a desarmarse. "A las naciones libres del mundo nos esperan días cruciales", dijo en su discurso radial. La impresión general es que no habrá una declaración de guerra, pero esta la reunión en las Azores servirá para remover los últimos obstáculos a un ataque. Así lo interpretaron los analistas.
También The New York Times y The Washington Post consideran improbable que surja una salida negociada a último momento. Sin embargo, la mayoría de los analistas políticos evitaron dar un pronóstico concreto sobre los resultados de la cumbre en el archipiélago portugués. Pero al mismo tiempo, crece la sensación de que los tres partidarios de la solución bélica renunciarán a una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Fin de la diplomacia
Esta decisión abriría el camino para un ultimátum con plazos limitados -por ejemplo, 48 horas- para el desarme de Irak, que sólo serviría para dar tiempo a los inspectores de armas de la ONU a abandonar el país del Golfo. El siguiente paso: la orden de atacar, posiblemente a mitad de la semana próxima.
Muchos observadores consideran que Bush, Blair y Aznar son conscientes de que, más allá de la amenaza del veto francés, no conseguirán la mayoría necesaria para aprobar en el Consejo una resolución que abra las puertas a la guerra, lo que restaría legitimidad a la iniciativa. "Obviamente, es más difícil avanzar (hacia la guerra) con un voto en contra que sin ninguno", afirmó al Washington Post un alto funcionario estadounidense.
El hecho de que los seis "indecisos" del Consejo de Seguridad no hayan sido invitados a las Azores es otra señal de que el tiempo de la diplomacia en la cuestión iraquí está cerca de su fin. Washington no ve posibilidades de hacer las concesiones necesarias en el proyecto de resolución para obtener una mayoría sin retroceder en un grado que considera excesivo.
Como vaticinio de que la invasión es inminente, Gran Bretaña dijo ayer que una guerra con Irak encabezada por EEUU era a cada momento más probable y posiblemente en pocos días. "La perspectiva de una acción militar es ahora mucho más probable", dijo el secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw. (DPA y Reuters)