Quien también se vio obligado a perder el empleo por culpa de delitos ajenos es el del ex gerente del Nuevo Banco de Santa Fe de Sargento Cabral, José Luis Lauri. El funcionario fue cesanteado por el robo de 100 mil pesos que el 26 de agosto de 2002 efectuó el tesorero de la sucursal, Alberto Rubén Aguzzi, para pagar una deuda de juego. Al enterarse de la estafa, el propio gerente se presentó en la comisaría y realizó la denuncia. Desde entonces perdió su puesto. "Lauri no tiene nada que ver. Figuraba como gerente pero no cobraba como tal. Nosotros le presentamos al directorio una serie de irregularidades, cuestiones que la empresa no había tenido en cuenta en materia de seguridad y pedimos que no lo cesantearan, sino que en todo caso le impusieran una sanción", señaló el secretario general de la Asociación Bancaria, Luis Ortega. Por el caso de Lauri hay una instancia de negociación abierta en la Secretaría de Trabajo donde "se pusieron sobre la mesa todas las normas de seguridad que el banco no cumplía". Para el gremialista, "lo que pasó con Tenaglia es terrible. Que esté vivo y conserve su familia en esta realidad que le tocó sin comerla ni beberla, ya es un milagro. En este caso hay responsabilidad de funcionarios políticos que deberían expedirse y no toman ninguna actitud. Hoy los bancos privados te hacen un sumario interno y te echan. Y si no te pueden demostrar por qué, te echan igual", enfatizó.
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