La diferencia estuvo arriba

El final fue el esperado por todo Central y también por su técnico Miguel Angel Russo. Pero, sin embargo, el desarrollo fue distinto al imaginado. La intención del técnico fue juntar gente con buen pie en el medio (el Mellizo Gustavo, Messera y Vitamina) para lograr tener la posesión de la pelota, pero casi en ningún momento le dio el resultado buscado. Porque Central no tuvo demasiada posesión del balón, y por ende careció en buena parte del encuentro de volumen de juego y fútbol asociado.
Gustavo -arrancó por derecha y después se fue a la izquierda- ni Messera -empezó por izquierda y por momentos fue enganche- ni Vitamina Sánchez (empezó como cinco adelantado y después jugó por derecha) lograron entrar en sintonía. Y sin el caudal futbolístico que le pueden aportar ellos, a Central le costó mucho encontrar la profundidad, algo que lograba sólo cuando la pelota le llegaba a Delgado.
A los canallas les costaba encontrar la pelota en el medio a partir del orden y el traslado de los bahienses, y dejaba un peligroso hueco por la franja derecha que, por suerte para los canallas, no aprovecharon. Encima, cuando la pelota pasaba por el trío creativo canalla era todo anunciado y previsible.
Russo arriesgó con los cambios y logró la profundidad que no le había dado un mediocampo diseñado para lastimar con su manejo. La entrada de Mandra -pasó a jugar con tres de punta- fue determinante porque aportó desequilibrio por la izquierda de su ataque. Y, entonces, Central logró generar varias situaciones claras con el desborde por los costados que no terminaron en gol por los aciertos de Vivaldo y un par de chambonadas del mismo Mandra.
Russo buscó el desequilibrio juntando a un medio con buen pie, pero esta vez la diferencia la hicieron los delanteros.