Las enfermedades tienen a mal traer en estos últimos tiempos a los jugadores del fútbol argentino. Como si una maldición hubiera afectado a los futbolistas fueron varios los que debieron o deben sobrellevar alguna enfermedad. El defensor Rolando Schiavi, el delantero Juan Ramón Fleita, y más allá en el tiempo, el atacante Sergio Comba son casos emblemáticos. Con la particularidad de que a estos dos últimos los afectó el mismo mal: el de Hodgkin, una enfermedad de la que no se conoce su causa y cuyo origen sería genético, virósico y, a veces, por cuestiones tóxicas. Lo de Schiavi fue sorpresivo ya que el miércoles pasado participó durante los 90 minutos que Boca jugó contra Colo Colo en Santiago de Chile por la Copa Libertadores, y ni bien concluyó el encuentro fue internado y operado de apendicitis. Ahora deberá estar inactivo por espacio de 45 días. A Fleita se le detectó un bulto en la espalda en enero de este año y fue operado. Los análisis diagnosticaron a comienzos de febrero que tenía el mal de Hodgkin, un linfoma que se puede curar en el 95 por ciento de los casos con tratamientos de radioterapia y quimioterapia. Fleita no habló públicamente de su enfermedad y la noticia se filtró desde la AFA cuando Huracán presentó una nota solicitando sumar un nuevo refuerzo para el Clausura ante esta situación. Lo mismo le ocurrió a su actual compañero en Huracán Sergio Comba, cuando en el 2000 se le detectó el mal mientras militaba en San Martín de Tucumán. Luego de tratarse volvió al fútbol un año después en Defensores de Belgrano.
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