Buenos Aires.-En consonancia con la protesta mundial, miles de personas salieron ayer a las calles de las principales ciudades del país para oponerse a la guerra. Convocadas por organizaciones de derechos humanos, gremiales, sociales, culturales, estudiantiles y fuerzas políticas, en Capital Federal los manifestantes se concentraron en Recoleta, Barrio Norte y Palermo. A pesar de la intensa lluvia, cerca de las 17 iniciaron la marcha hacia la embajada de Estados Unidos (ubicada en Colombia y Sarmiento), que estuvo fuertemente custodiada por la policía. Prolijamente encolumnados y levantando pancartas con la consigna "No a la guerra, sí a la paz", los manifestantes corearon durante la caminata consignas antibélicas. La marcha se prolongó hasta la noche y sólo un pequeño grupo derribó algunas vallas frente a la legación estadounidense, la que, con ironía, fue aplaudida. La marcha en Buenos Aires formó parte de los actos que se multiplicaron en el mundo a la misma hora, de acuerdo a lo resuelto por las organizaciones sociales y políticas que participaron del III Foro Social Mundial, realizado meses atrás en Porto Alegre, Brasil. A su vez, en diferentes ciudades argentinas cientos de personas se manifestaron en contra de una nueva guerra en el golfo Pérsico. Las voces de repudio se escucharon en Rosario, Santa Fe, Jujuy y Ushuaia, entre muchas otras. Paralelamente, la Mesa del Diálogo Argentino reclamó en un comunicado al gobierno y al Congreso de la Nación "que se abstengan de cualquier tipo de intervención" en caso de desencadenarse la guerra contra Irak y pidió que toda intervención de carácter humanitario "se canalice a través de Cáritas Internacional". Los candidatos a presidente y vice del PS, Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani, quienes participaron de la marcha, remarcaron la "necesidad de considerar la paz como valor fundamental a defender en todo el mundo".
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