El jefe de la policía de Santa Fe, Ricardo Milicic, le hizo frente a las acusaciones provenientes del gremio policial con un contrataque. Los hombres del sindicato lo habían desafiado a someterse a una rinoscopia que determinase si, como ellos denunciaban, era adicto a la cocaína. El titular de la fuerza provincial aceptó el reto y mostró ayer públicamente sus resultados: una carilla suscripta por un médico toxicólogo y docente universitario que declara negativo ese examen químico. Y que además incluye un diagnóstico sobre una muestra de orina donde no se hallaron restos de otras sustancias como marihuana, cocaína, opiáceos o psicofármacos. La voluntaria decisión de Milicic implicó una sorpresa porque no es nada habitual que un cuadro superior acate los requerimientos de subordinados. Pero fue, a la vez, un claro golpe de efecto político para desacreditar a sus denunciantes. Ayer a mediodía, minutos antes de poner en funciones al nuevo jefe de policía de Rosario, adoptó una actitud nada usual: encaró él a los periodistas y les distribuyó una copia con las conclusiones del informe médico. Y adelantó enseguida, parcamente, que demandará judicialmente a los oficiales Miguel Zalazar y Alberto Martínez, quienes habían lanzado las imputaciones. "Las graves acusaciones de que fui objeto ameritaban que la sociedad santafesina, el gobierno y los efectivos policiales sepan que no tienen un jefe con esas condiciones", dijo Milicic. Quien contó que el jueves se hizo el estudio toxicológico y de laboratorio luego de llegar a Rosario para contener a su familia que -explicó- la pasó mal por las imputaciones. "Mi esposa y mis cuatro hijos adolescentes inclusive sufrieron crisis de llanto", dijo. El examen al que se sometió Milicic se llama rinoscopia anterior y está firmado por Omar Luis Sain, médico que es profesor adjunto de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Medicina y jefe del Servicio de Toxicología del Hospital Provincial de Rosario. "No se observan perforación del septum nasal en zona del cartílago cuadrilátero ni lesiones distróficas de características agudas o crónicas compatibles con inhalación de sustancias. Resultado negativo", indica la conclusión que rubricó el médico. "Está claro que no soy enfermo ni adicto como se me acusa", murmuró Milicic. "Me ofrezco voluntariamente para que me realicen cualquier examen físico, psíquico o químico", agregó. El sonoro contrapunto entre los dirigentes de la Asociación Profesional Policial (Apropol) y el jefe de la provincial había tomado fuerza el miércoles pasado, cuando Alberto Martínez, del gremio, declaró que reclamaba una rinoscopia para Milicic. "Puede hacer con su vida privada lo que quiera, pero su enfermedad trasciende y perjudica a la institución, al personal y a la comunidad", indicaba Martínez. Tales dichos se habían registrado luego de que la conducción de la fuerza policial dejara cesante a Zalazar, también miembro de Apropol, quien había denunciado tráfico de influencias para el ingreso de agentes a la institución y, poco antes, operaciones de espionaje policial sobre dirigentes políticos y sociales y periodistas. La cesantía de Zalazar fue refrendada por el ministro de Gobierno de Santa Fe, Carlos Carranza, quien a la vez respaldó a Milicic confirmándolo en su cargo, que ostenta hace un año. Carranza dijo que el alto oficial rosarino permanecerá en el máximo cargo "hasta el final de esta gestión". Y fue él quien instó al jefe policial a querellar a los integrantes de Apropol.
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