Pablo R. Procopio / La Capital
Garay y Lima, 8 de la noche. Un centenar de personas se reunió en esa esquina y logró llevar a cabo la asamblea prometida. Fue un encuentro clave al que asistieron por primera vez las más altas autoridades de la policía de Rosario. Los vecinos inmersos en el hartazgo habían amenazado con escrachar a los delincuentes que no los "dejan vivir" y lograron que les prestaran atención. El flamante jefe de la Unidad Regional II, Luis Pogliese, dio la cara en el cónclave improvisado y prometió para hoy la presencia permanente de dos patrulleros en los "puntos neurálgicos" de las 8 manzanas que ocupa el sector sitiado por los robos y la violencia hasta que la situación "vuelva a su cauce". Pero los vecinos van por más: Entregarán una lista con el nombre y apellido de las personas que los roban.
El anuncio de controlar la zona apaciguó momentáneamente los caldeados ánimos de la gente, aunque los principales referentes del barrio volvieron a dar un ultimátum: "Si mañana (por hoy) no están los móviles, vamos a salir a patrullar nosotros". La frase connota, en realidad, mucho más: Están armados y son capaces de todo para contrarrestar un estado de indiferencia total.
El recurrente tema de la inseguridad en gran parte de los barrios de la ciudad volvió a ocupar la agenda de debate a partir de los informes que La Capital publicó en sus dos últimas ediciones. Las radios y la televisión se hicieron eco de la situación que llegó a la vista y los oídos de la autoridades. Por eso, no les quedó otra que actuar. De ahí, la presencia de la cúpula policial en la reunión barrial de la zona oeste.
Claro que, al menos durante las primeras horas de ayer, la situación distó de calmarse. Mientras en muchos sectores de Rosario se hablaba de la falta de seguridad con discusiones incluso resonantes, una mujer sufrió a las 17.30 el robo de una bicicleta por octava vez en la emblemática esquina de Garay y Lima.
La repercusión de los reclamos generados en el barrio conocido como Avellaneda Oeste llegó también a los oídos de los choros quienes ayer se ocuparon de amedrentar a sus vecinos. "Nos dijeron que nos cuidáramos más que nunca y que la vida de nuestros hijos corría peligro", explicó Elvia Ojeda a este diario. En tanto, Pogliese esquivaba las cuarenta que cantaba la gente y ensayaba algunas respuestas.
Es que los moradores del lugar aseguraron que muy cerca de la reunión, casi en las narices de la cúpula policial, los delincuentes seguían atentos lo que estaba pasando.
En eso, Claudia repetía que si los vecinos no hubieran puesto el grito en el cielo , las respuestas jamás habrían aparecido.
Es que los afectados quieren soluciones ya y no están dispuestos a seguir esperando. En las próximas horas le llevarán al jefe de la UR II un listado con nombre y apellido de los autores de los hechos de violencia.
La contestación oficial: "Aceitar la atención en las comisarías" que tienen jurisdicción en el sector (13ª y 18ª) y "escuchar las denuncias formales".
Obviamente que la insistencia del vecindario en torno a armarse para defenderse no fue aceptada por los uniformados. "No hay que agregar más violencia, es la policía la que debe hacer la parte represiva", dijo Pogliese.
El titular de la fuerza local no cargó con toda la responsabilidad y también sacó a relucir el papel de la Justicia. De igual modo se expresó el inspector de la 3ª zona, Edgardo Fiori. "Es real que los menores entran y salen. Las leyes son blandas, los jueces deberían actuar y determinar que queden detenidos todo el tiempo que sea necesario".
En la esquina de Garay y Lima había cerca de 100 personas. Entre ellas, no sólo los líderes policiales Pogliese y Fiori se habían hecho presentes. También los acompañaban el jefe de la Agrupación Cuerpos, Héctor Hermida, los titulares de las comisarías 18ª y 13ª, Jorge Quiroz y Daniel Barrile, respectivamente, además del responsable del Comando Radioeléctrico, Jorge Martínez.
Mientras, los vecinos seguirán organizándose y ya tienen contactos con comisiones barriales de otras zonas. Ayer se fueron conformes, pero también alertas. Sino, volverán a reaccionar.
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