Pedro Aznar constituye uno de esos casos particulares dentro de la música argentina, basado en esta certeza: la mayoría lo respeta como un grande pero pocos conocen realmente su obra. Quizá su perfil bajo, su interés en buscar un crecimiento personal antes que la fama a cualquier precio, lo coloca como un artista gigante que prefiere volar a su manera. Lo indudable es que aquellos fraseos de su bajo sin trastes, a lo Jaco Pastorius, difícilmente lo olviden los amantes del rock nacional. El músico capitalino, de 43 años, irrumpió en los escenarios cuando apenas tenía 15 en el grupo Madre Atómica. Pero su nombre comenzó a sonar a partir de Alas, un trío de jazz-rock liderado por Gustavo Moretto con el que grabó "Pinta tu aldea" allá por 1977, y en donde tocaba guitarra y bajo. Luego de integrar las bandas de Raúl Porchetto y Pastoral, su salto a la popularidad fue con Serú Girán, considerada "Los Beatles argentinos", que compartió con Charly García, David Lebón y Oscar Moro. Luego de grabar cinco discos, decide sacar su primer trabajo solista en 1982 y viaja a Estados Unidos para perfeccionar sus estudios en la Universidad de Berkeley. Esto provoca la separación de Serú, que recién se volvería a juntar diez años más tarde en una patética intención comercial motorizada por Charly y Moro. En el 82 es convocado por el guitarrista norteamericano Pat Metheny para unirse a su banda, con la que graba tres discos. A partir de allí, su carrera solista va afirmándose, graba "Tango", "Tango 4" y "Radio Pinti" con Charly, y musicaliza distintas películas argentinas.
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