Año CXXXVI
 Nº 49.748
Rosario,
domingo  09 de
febrero de 2003
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Horacio Carbonari
Petaco y una gran bienvenida
El defensor jugó 83 minutos y fue ovacionado por los hinchas canallas

La tarde noche de Horacio Carbonari fue muy especial. De esas que seguramente nunca podrán ser olvidadas. Después de su paso por el fútbol inglés, el defensor volvió al club que lo vio nacer y anoche hizo su presentación ante su gente, esa misma que aún conserva el sentimiento intacto hacia su persona. "Petaco, Petaco", gritaba todo el estadio ni bien pisó el césped del Gigante para que se le erizara la piel. Y el jugador se paró en el medio de la cancha, levantó sus brazos y saludó hacia todos los costados agradeciendo una y otra vez las muestras de cariño.
En un principio estaba previsto que Petaco jugara medio tiempo. Porque le falta fútbol y ponerse a punto para estar en la alta competencia. Pero se animó y se quedó hasta faltando siete minutos para el final, cuando fue reemplazado por Talamonti. Seguramente podía completar el partido, pero que mejor que retirarse con aplausos.
Sin dudas que a Carbonari aún le falta ponerse bien físicamente y no tiene el ritmo futbolístico necesario, algo que obviamente logrará con partidos (por eso fue bueno que lo hiciera anoche). El propio defensor es consciente de eso y sabe que en este aspecto corre en desventaja a la hora de pensar si podrá estar o no desde el arranque ante San Lorenzo.
Pero retomando a lo sucedido anoche, Petaco no tuvo demasiada intervención ni tampoco fue exigido demasiado por los delanteros de Danubio. Lo que sí impuso fue su presencia y experiencia a la hora de marcar o salir a cortar algún avance uruguayo.
Los hinchas estaban pendientes de lo que hiciera. Por eso cuando en algunas ocasiones se animaba a pasar la mitad de la cancha enseguida aparecía el grito de los hinchas para que rematara al arco. Es que el canalla esperaba que Petaco pusiera a prueba su poderoso derechazo.
A poco de comenzado el complemento se produjo un tiro libre en el borde del área uruguayo. Y de manera instantánea reapareció el grito de "Petaco". Pero él hizo caso omiso. Pero a poco del final, cuando hubo otro pero a mayor distancia Carbonari se sintió empujado por la gente y el propio entrenador. Carbonari accedió, pero su remate se fue a las chapas.
Petaco está en casa. Así se lo hizo saber su gente.


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