Paraná. - La tragedia de la ruta 168 enlutó al barrio La Floresta de esta ciudad, de donde eran cuatro de las cinco víctimas que perecieron ahogadas en la noche del jueves al caer una camioneta al río, luego que se hundiera un tramo de más de 50 metros de asfalto por la erosión del agua. Los cuerpos eran velados en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, de calle República de Siria, en la zona oeste de esta ciudad.
Las personas fallecidas habían sido rescatadas ayer a la mañana por personal de Prefectura Naval de Santa Fe y fueron identificadas como Rosario González, de 60 años; su pareja José Pascua, de 62; y los menores Daiana Ortiz, de 10; Brian Agustín Martínez, de cinco años y Maira Yaquelina Martínez, de un año.
El terrible accidente ocurrió en la ruta nacional 168, a un kilómetro del túnel subfluvial Uranga-Sylvestre Begnis, cuando la camioneta de Zapata cayó en el socavón producido en el asfalto durante la tarde del jueves. Los dos sobrevivientes fueron trasladados desde el lugar hasta el hospital provincial José María Cullen de Santa Fe por una ambulancia, donde ingresaron con un fuerte estado de shock. En la mañana de ayer fueron dados de alta y regresaron a Paraná.
Los niños y el matrimonio mayor viajaban en la cúpula gris de la camioneta Dodge de color naranja, la que se transformó en una trampa sin escape bajo el agua, a 10 metros de profundidad. En la cabina iban María Soledad Martínez, de 23 años, y su pareja, el conductor del rodado, Marcelo Zapata, de 42, quienes lograron salvar sus vidas. Los dos chicos muertos de apellido Martínez eran hijos de la mujer que logró salvarse. La niña de apellido Ortiz era hermanastra de la joven Martínez y ambas, hijas de Rosario González.
El jueves en su camioneta Dodge, que utilizaba para ganarse la vida como albañil, Zapata viajó junto a los demás hacia Santa Fe para pasar un día de pesca. De acuerdo a los comentarios de los policías santafesinos apostados en la noche del jueves en el lugar del hecho, cuando Zapata regresaba hacia Paraná no obedeció la orden o no vio a los efectivos que trataban de decirle que no avance hacia la parte donde se había hundido la ruta. Seguramente el albañil desconocía lo que había sucedido con el asfalto mientras pescaba con su familia a la vera del río.
Eso deberá aclararse en la investigación que lleva adelante el juez correccional de Santa Fe, José Luis Giavedoni. También se deberá establecer qué grado de responsabilidad le cabe a las autoridades encargadas del corte de la ruta, quienes no evacuaron a las personas que se encontraban en la zona, donde muchas concurren a pescar.
Por su parte, Pascua era oriundo de la capital santafesina, donde fueron velados sus restos. Era enfermero y hace poco tiempo había sido designado al frente de la División Logística de la firma de emergencias médicas SOS Rescate, de Paraná. Así lo explicó a través de Radio Urquiza el abogado Mauricio Mayer, gerente de SOS. "Hace poco (Pascua) se había ganado un ascenso y era el jefe de logística. Se encargaba de resolver todo lo que necesitan nuestros móviles, los repuestos, la reposición de maletines. Era una persona muy educada y querida", dijo.
Desconcierto y reproches
En principio hubo desconcierto entre los familiares y allegados de las víctimas paranaenses porque se había informado que el velatorio se llevaría a cabo en el cementerio municipal, ya que la familia era de escasos recursos económicos. Esto ocasionó el enojo de los familiares "porque las autoridades no se quieren hacer cargo, no nos dan una mano, y ellos son responsables de esta desgracia", señalaron ayer en la puerta del cementerio mientras esperaban a sus muertos. Luego se calmaron cuando les avisaron que el velatorio se desarrollaría en la Iglesia del barrio La Floresta.