En helicóptero, a caballo o a pie en el fango, miles de investigadores y voluntarios continuaron ayer la búsqueda de trozos del Columbia y de los restos de los siete astronautas muertos a bordo. Desde que el trasbordador espacial se desintegró el sábado cuando ingresaba a la atmósfera terrestre, la búsqueda permitió encontrar numerosos restos humanos, entre ellos un torso, una pierna, un cráneo e incluso un dedo con un anillo. "Hago esto por mi país y por las familias de los astronautas", aseguró un bombero voluntario, Bobby Armstrong, quien pasó horas buscando restos entre los matorrales. Los equipos de búsqueda fueron distribuidos en una inmensa zona que se extiende por dos estados, Texas y Luisiana, por encima de los cuales se desintegró el trasbordador 16 minutos antes de la hora prevista para su aterrizaje en Cabo Cañaveral. Numerosos voluntarios quedaron conmovidos cuando descubrieron restos humanos carbonizados, miembros e incluso órganos.
| |