Elbio Evangeliste / Ovación
El fútbol siempre entrega diversas aristas para el análisis. Buscar siempre el arco contrario o encerrarse en el propio son dos de las facetas que más saltan a la vista. Ayer, si el partido entre Defensores Unidos y Arroyo Seco Athletic Club (Asac) hubiera terminado empatado más de un resultadista se hubiera encargado de resaltar el trabajo defensivo de la visita, pero más allá del 2 a 0 a favor de los diablos rojos la evaluación en cuanto al juego debía ser la misma, obviamente sin dejar de reconocer que lo que vale son los goles. Al equipo de Elpidio Sánchez le costó más de la cuenta cosechar tres puntos fundamentales de cara a la clasificación en el torneo Argentino B, ya que generó la cantidad de situaciones necesarias como para no sufrir tanto. Es que el camino a la victoria lo encontró recién a 15 minutos del final. Asac pareció un equipo ordenado en los primeros 20 minutos de juego, pero fue solo un espejismo. Esa imagen se derrumbó cuando Defensores se dio cuenta de que cada vez que se lo proponía podía generar peligro. Y así fueron apareciendo las chances de gol, aunque muy bien acompañadas de una falta de puntería llamativa. El planteo de la visita era claro: aguantar como sea y esperar que el solitario Semana se las arreglara como pueda; mientras que del otro lado la propuesta pasaba por poner la pelota al pie y una vez generados los espacios aprovechar la velocidad y desequilibrio de Rojo. Pero todo era en vano. Por eso fueron 45 minutos de angustia. La misma angustia que se extendió hasta el minuto 29 del complemento cuando el propio Rojo cruzó su remate y la clavó en el palo derecho de García. Ese resultado sí tenía que ver con lo que ambos equipos habían generado en el campo de juego. Incluso Defensores tuvo la chance de aumentar tras el penal que Mario Rojas le cometió a Yema, pero García le detuvo el disparo a Cambiasso. Distinto fue el desenlace cuando Verón se paró frente a la pelota luego de que el árbitro Henry Sorbasi sancionara otro penal, esta vez sobre Rojo, a cinco minutos del final. La victoria de Defensores jamás pudo haberse puesto en tela de juicio. Como tampoco el hecho de que la diferencia debió ser mayor. Finalmente se logró el triunfo, aunque con una cuota de sufrimiento innecesaria.
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